La verdad es que no se ve -por ningún lado- la razón del enojo del peatón. El auto que lleva la cámara no hace nada malo, sin embargo éste regaña y grita de manera muy ofendida.
Ocurre que no se fija por donde camina y demuestra que «el que se enoja, pierde».
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Fernanda-Familiar.Soy: La Periodista de vida