Donald Trump, impuso este viernes limitaciones más duras para los estadunidenses que viajan a Cuba y restricciones para las empresas que hacen negocios con las fuerzas armadas en la isla, y aseguró que «con la ayuda de Dios lograremos una Cuba libre pronto».
De esta manera, Trump da marcha atrás a la política de acercamiento con La Habana que inició su antecesor, Barack Obama.
Trump anunció las nuevas medidas en el Teatro Manuel Artime, lugar que recibe su nombre del líder de la fracasada invasión de Playa Girón -también llamada Bahía de Cochinos- de 1961, con la que exiliados cubanos intentaron derrocar el gobierno revolucionario de Fidel Castro con el apoyo de Washington.
“Es difícil pensar en una política con menos sentido que la del gobierno anterior –terrible y desencaminada– hacia el régimen de Castro”, dijo Trump en Miami, mencionando la falta de concesiones de La Habana en materia de derechos humanos.
Trump mantuvo sin cambios algunas iniciativas de Obama, como mantener abierta la embajada estadunidense en La Habana.
«No seguiremos callados ante la opresión comunista», sostuvo ante una pequeña multitud que incluía a Marco Rubio, senador republicano estadunidense y su ex rival como precandidato a la presidencia.
Con información de La Jornada
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