La compra consolidada de medicamentos e insumos de curación de 2021, a cargo de la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS) y el Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI), generó desabasto en clínicas y hospitales de los institutos Mexicanos del Seguro Social (IMSS) y de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), así lo determinó la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
Durante la revisión de la cuenta pública de 2022, confirmó que la UNOPS únicamente pudo comprar mil 50 claves, las cuales solo representaban el 30% de los requerimientos planteados por las instituciones; hasta junio Insabi hizo las adjudicaciones directas para menos de la mitad de los 2 mil 435 productos faltantes.
La ASF revisó 6 de 986 adjudicaciones concretadas, encontrando que dos contratos fueron asignados a los proveedores con los precios más altos y con menor capacidad de producción. En otros cuatro contratos fueron elegidas empresas de las que se desconoció su oferta económica, y una de las firmas seleccionadas no contaba con licencia sanitaria de un medicamento.
Si bien la ASF no señala un daño patrimonial a las finanzas públicas, tampoco plantea el monto de la afectación generada por estas y otras anomalías.