Tras el envenenamiento del ex-espía Sergei Skirpal en el sur de Inglaterra, la OTAN decidió expulsar a siete diplomáticos rusos. El secretario general dijo que se reducirá en diez miembros «el tamaño máximo» de la representación rusa ante la Alianza, que quedará compuesta por veinte personas. Las expulsiones del personal diplomático «envían un mensaje claro a Rusia de que hay costos y consecuencias para su patrón de conducta» y precisó que se producen tras «la falta de una respuesta constructiva» a lo sucedido.
Rusia aún tendrá una misión diplomática ante la OTAN. Hasta el momento veinticinco países miembros de la OTAN y otros socios han expulsado a alrededor de 140 funcionarios rusos por el envenenamiento.
Los países miembros de la OTAN instaron el pasado 14 de marzo a Rusia a «abordar» las cuestiones que le ha planteado el Reino Unido en el caso del envenenamiento, incluida una explicación «completa» del programa que creó el agente empleado en el ataque.
La Alianza expresó también su solidaridad con el Reino Unido y le ofreció su apoyo en la investigación abierta.
Con información de Excélsior
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