Nuestro país ha tenido uno de sus inicios de año más violentos. En enero los ministerios públicos de todo el país abrieron 2.156 carpetas de investigación por homicidio doloso con 2.545 víctimas. El Estado con más asesinatos es Baja California, al norte del país. Las cifras colocan al mes pasado con un incremento del 13,6 por ciento en las víctimas de homicidios respecto al mismo mes de 2017, según las estadísticas publicadas por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, la instancia que mide la incidencia delictiva.
Nunca en la historia reciente del país se había matado a tantas personas. En 12 meses se registraron 24,898 carpetas con 28.725 víctimas de homicidio doloso. Las cifras de 2017 superaron las registradas en 2011, uno de los peores años de la guerra contra el narco en el país que emprendió el expresidente Felipe Calderón Hinojosa.
La administración de Enrique Peña Nieto heredó de su antecesor Calderón Hinojosa un país donde operaban ocho grandes cárteles y 80 células. La estrategia implementada por el gobierno de Calderón, enfocada a capturar a los líderes de las organizaciones, provocó una fragmentación de los cárteles, donde los líderes regionales organizaron sus propias células, según informes difundidos por la Procuraduría General de la República al inicio de este Gobierno.
La estrategia de seguridad del Gobierno de Peña Nieto no dio un vuelco radical para desmarcarse de su antecesor. Desde 2013 anunció que su administración se enfocaría en capturar a 122 objetivos prioritarios, líderes de organizaciones criminales, que eran los causantes de la violencia en los Estados del país. A la fecha las autoridades en materia de seguridad ha «neutralizado» a 109 sin lograr disminuir la incidencia delictiva, sobre todo los asesinatos.
Con información de El País
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