Margarito y Pedro Flores, hermanos gemelos y ex miembros del Cártel de Sinaloa que, a través de los negocios de la droga y el mantenimiento de las plazas, lograron hacerse de gran poder en ciudades de Estados Unidos, como: Chicago, Cincinnati, Nueva York, Washington, Columbus y Filadelfia; capitalizando logros y nuevas rutas de distribución para El Chapo.
En 2008, los hermanos tomaron la decisión de entregarse a la DEA, pactar con ellos y después convertirse en agentes encubiertos, a través del trasiego de información que evitara que ellos fueran a prisión, y que a su vez, ésta diera con otros capos. Tan solo de 2008 hasta la fecha, dada la información facilitada a la DEA, se capturaron alrededor de 54 criminales. Durante las operaciones, los hermanos realizaban desde llamadas telefónicas, hasta encuentros cara a cara; lo que suponía que la agencia antidrogas podía tener acceso a rostros, voces e inclusive muestras de ADN.
La operación más contundente que se realizó con los hermanos, fue la de obtener grabaciones telefónicas de Joaquín Guzmán Loera, «El Chapo», quien fuera acorralado paulatinamente poco después de su segunda fuga. Los gemelos, con el paso de los años en colaboración con las autoridades, desmantelaron las redes que en algún momento consolidaron en algunas ciudades de Estados Unidos. Fueron condenados a 14 años de prisión.
Con información de El Universal
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