El actual gobernador de Chihuahua, Javier Corral, llevó ayer personalmente ante la Procuraduría General de la República 70 tomos y 50 discos con pruebas que demostrarían el robo cometido por el exgobernador y varios de sus colaboradores y presentó una petición formal de detención con fines de extradición de Duarte.
Según Corral, Duarte robó más de 1.000 millones de pesos del erario público. «El robo cometido por Duarte fue mucho más burdo y hará palidecer al Duarte de Veracruz cuando se conozca en profundidad», anuncia.
«Hizo mucho dinero creando una red de empresas falsas o recién registradas por amigos y conocidos a las que compraba todo, desde una escoba a chalecos antibala. Pero también con las medicinas, pagando el doble del precio de mercado. Paralelamente se facturaban informes técnicos en materia educativa que nunca se realizaron y con los que lograron robar hasta 250 millones de pesos (más de 14 millones de dólares). En otras ocasiones directamente se sacaba un cheque mensual de la tesorería que sus colaboradores cobraban y repartían», detalla.
Según Corral, parte de este dinero se destinó al PRI para pagar campañas políticas locales o incluso la campaña a la gubernatura de Baja California, lo que le habría facilitado la inmunidad de la que disfruta hasta ahora.
Precisamente sobre su captura, Corral apunta a dos responsables: a la PGR, a la que señala de mirar hacia otro lado, y a Donald Trump, «que expulsa a trabajadores honrados pero protege a gobernadores corruptos que se amparan en trámites migratorios para evadir la justicia».
Hasta el momento hay diez órdenes de detención contra Duarte emitidas por jueces de Chihuahua y una docena de personas detenidas del círculo cercano. Las pruebas presentadas el martes se obtuvieron, entre otros, gracias a 23 testigos protegidos que habrían confesado la forma de actuar del exgobernador y sus colaboradores. Entre los detenidos están los funcionarios encargados de Administración, tesorería, educación o finanzas durante su gobierno.
Con información de El País
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