La apertura de un proceso de impeachment requiere el apoyo de dos tercios de la Cámara baja (342 diputados de un total de 513) y su ratificación posterior por el Senado. Si eso sucede, Temer, actual vicepresidente asumiría el poder y completaría el mandato hasta 2018.
Dilma permaneció ayer en la residencia presidencial para negociar apoyos de diputados, pero en un video difundido en redes sociales, invitó a la sociedad a «seguir movilizándose» para evitar «un golpe de estado».
El líder de la izquierda dijo en un acto popular en Brasilia que «a la élite brasileña no le gusta la democracia».
Según tendencia reflejada por la prensa en los últimos días los opositores obtendrían una estrecha ventaja.
Por su parte, el secretario de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, expresó su respaldo a Dilma Rousseff al igual que el presidente del Parlamento del Mercosur, Jorge Taina, quien denunció tentativas de desestabilización en Brasil.
Con información de Milenio
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