Colombia enfila su camino hacia la paz con las guerrillas: de las FARC y del Ejército de Liberación Nacional tras tres años de conversaciones en La Habana. Estas guerrillas, que han asolado con violencia al país durante más de 50 años, dejando a su paso alrededor de ocho millones de víctimas, quedarán reducidas en cuanto a sus fines violentos. Por si fuera poco, ante los intentos de instaurar mesa de diálogo, Álvaro Uribe, expresidente de Colombia, se ha pronunciado en contra del pacto y los diálogos con miembros de las guerrillas, ya que supone que se está «pactando con el crimen».
Los términos de las negociaciones, según el gobierno de Colombia, están fuertemente sustentados en las condiciones igualitarias de justicia para ambas guerrillas, en donde se garantizará un cese al fuego, y una delimitación territorial de separación que permita su coexistencia pacífica, sin fines violentos.
Santos anunció que estos ejercicios de diálogo tomarían parte desde inicio de la campaña para su reelección presidencial, en mayo de 2014.
Con información de El País
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