En esta época de nominaciones a la academia, podrás recordar la multipremiada película del director Steven Spielberg, La Lista de Schindler, la historia de un acaudalado empresario polaco que se convirtió en un refugio seguro para miles de judíos durante la segunda guerra mundial. Sin embargo, hoy te traemos la historia de Gilberto Bosques, el cónsul general de México en París, Bayona y Marsella de 1939 a 1944, que salvó alrededor de 40,000 personas durante la segunda guerra mundial.
Este Schindler mexicano, entregó visas mexicanas no sólo a judíos, sino también a españoles republicanos, polacos y franceses que huían del nazismo en Europa. Desde Marsella, el embajador mexicano tuvo que hacer frente al hostigamiento de las autoridades pro alemanas francesas, al espionaje de la Gestapo, del gobierno de Franco y de la representación diplomática japonesa, que tenía sus oficinas en el mismo edificio de la delegación mexicana.
Cuando México rompió relaciones diplomáticas con el Gobierno de Vichy, el consulado fue tomado por tropas alemanas. Bosques, su esposa y sus tres hijos, así como el personal del consulado, fueron trasladados a Bad Godesberg, donde fueron prisioneros. Después de poco más de un año, en 1943, los mexicanos fueron canjeados por prisioneros alemanes mediante gestión realizada por el presidente Manuel Ávila Camacho y Bosques pudo regresar a México en abril de 1944.
Esta historia reafirma la frase del Torá, “Quien salva una vida… es como si salvara un mundo entero”.