A los 95 años de edad, murió la escritora francesa recordada por luchar en la resistencia contra los nazis, por revolucionar la prensa femenina francesa y presidir el jurado del premio Goncourt hasta 2014.
Nació en 1920 en Neuilly-sur-Seine, periferia de París, hija de una familia acomodada de comerciantes. Su abuelo fue embajador en el Vaticano y amigo del Papa XII.
Su padre, pese a ser gaullista de corazón, fue nombrado alto funcionario del régimen de Vichy, donde trabajó unos meses antes de dimitir ante la llegada de Pierre Laval. La joven Edmonde, que al estallar la guerra tenía 19 años, tomó el camino opuesto. Se instaló en Marsella, empezó estudios de enfermería y trabajó como voluntaria junto a la Resistencia, curando a italianos y checos de la legión extranjera (hablaba su lengua, gracias a que creció en Roma y Praga) y escondiendo a inmigrantes comunistas en el jardín familiar. Fue herida durante el bombardeo de un hospital y recibió la medalla de honor de los veteranos.
Al finalizar la guerra, aceptó un pequeño empleo distribuyendo el correo en la revista Elle en 1947, dos años después de su fundación. Buscando a alguien que hablara italiano con fluidez, Hélène Lazareff, le propuso entrevistar a Toscanini durante su regreso a Milán. En solo tres años, Charles-Roux logró subir todos los escalones, hasta ser nombrada directora de la edición francesa de Vogue, desde la que revolucionaría por completo la prensa femenina. Durante los 16 años que duró su reinado, se esforzó en demostrar que la moda también era cultura. Abrió la revista a los nombres más innovadores de la época y colaboró con Guy Bourdin, Irving Penn, Richard Avedon o William Klein, además de contar con firmas como Alain Robbe-Grillet o Violette Leduc, publicar textos inéditos de Colette y Saint-John Perse, y promocionar a nombres ascendentes en el camino que condujo hacia el prêt-à-porter, como Christian Dior o Yves Saint Laurent.
En 1966 fue despedida de Vogue “por haber intentando poner a una modelo negra en la portada”, según su versión (un escándalo en aquella época: la primera en hacerlo fue Naomi Campbell, veinte años más tarde). Otros juran que fueron sus relaciones con el Partido Comunista las que inquietaban a su editor estadounidense en plena caza de brujas del macartismo. Libre y desposeída una vez más, Charles-Roux se reinventó como novelista al publicar a los 46 años Olvidar Palermo, sobre el destino los emigrantes sicilianos en Nueva York, que fue elogiada por Louis Aragon, se convirtió en líder de ventas inmediato y ganó el Goncourt, mayor premio de las letras francesas, del que fue jurado entre 1983 y 2014. Logró despojarlo de su opacidad interna e impulsó un premio derivado, el Goncourt des Lycéens, que conceden los estudiantes de secundaria, pese a la negativa de otros miembros del jurado que temían que la marca se viera desprestigiada. También firmó una novela ambientada durante la ocupación nazi, Adrienne, y dos brillantes volúmenes sobre Coco Chanel.
Con información de El País
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