Don Felipe, un hombre de 79 años estudia la carrera de Ingeniería en la Benemérita Universidad de Puebla, por las tardes vende frutas y verduras en el mercado de abastos.
Felipe pasea por el campus universitario con un costal en donde carga su laptop y útiles para llegar todos los días puntualmente a sus clases con sus compañeros a los que aventaja sesenta años. Es una celebridad entre la comunidad universitaria, sus «Buenos días muchachos» es el saludo más esperado entre los chicos.
Desde las ventanas de los salones puede verse al estudiante más experimentado atender los procesos matemáticos. Un profesor dice que Don Felipe es tratado como cualquier otro jóven: «Está atento a la clase; escucha bien, ve mejor que muchos y razona muy bien».
Don Felipe confiesa que siempre fue bueno para los números ya que desde los 17 comenzó a trabajar en ventas, manejó camiones, trabajó en grandes empresas y ahora vende en el mercado. Terminó la prepa hace pocos años y compitió su lugar en la universidad en donde obtuvo más de los 400 puntos necesarios para cursar la licenciatura.
«Escucho muy bien, veo muy bien, no hay nada que me impida seguir», dice Felipe a meses de cumplir 80.
«Todo está acá y acá» dice Felipe luego de señalarse la frente y el corazón. Un gran ejemplo.
Con información de El Universal
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