¡Qué lata con el viejo!

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Senior man struggling to us a walker. His adult son is helping him.

La mayoría de las personas somos cortas de memoria y cuando nos convertimos en adultos y formamos nuestra propia familia, olvidamos rápidamente lo recibido de los padres. El egoísmo y el peso de cuidar a los padres nos hace desestimarlos cada vez más.

Atender a los padres cuando estos envejecen, muchas veces es vista por los hijos como una carga incomoda, que demanda algo que quieren tener para su exclusivo derecho «tiempo» y su yo interno dice: si dejo mis cosas para atender a mis padres, me pesa y si no les doy tiempo, me remuerde la conciencia. La solución más fácil : no escuchar mi conciencia.

Cuando somos padres sabemos que tenemos una responsabilidad de guiar, proteger y educar a nuestros hijos pues ellos dependen al 100 por ciento de nuestra ayuda en todo momento, igualmente cuando envejecemos y llegamos a una edad adulta nos convertimos en niños con la diferencia que con el paso del tiempo iremos perdiendo más capacidades y seremos más dependientes de quien nos cuida.

Desgraciadamente al contrario de un niño el envejecimiento trae consigo perdida de facultades y al mismo tiempo necedad, mal carácter y cerrazón y con esto es mucho más complicado para los hijos la sana interacción con los padres ya que la mayoría de las veces terminan en una pelea por cualquier tontería.

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Es importante no olvidar que todos sin excepción nos convertiremos en viejos a menos de que la muerte nos sorprenda a una edad temprana, pero si esto no ocurre tendremos la necesidad de que alguien vea por nosotros, como quizá a hora lo estemos haciendo con nuestros padres.

Tener a nuestros padres aún con nosotros debe ser siempre un motivo de dar gracias a la Vida por permitir que nuestros viejos puedan convivir con nuestros hijos y ellos puedan aprender lo gratificante que es poder ayudar y devolver un poco de todo lo que en su tiempo ellos nos brindaron. No permitas por ningún motivo que tus padres sientan que ellos son una carga para ti o tu familia, el rechazo y el maltrato a un padre es de las cosas más aberrantes que pueden existir.

¡Cierto! No es fácil y quizás las circunstancias por las que estás pasando en estos momentos lo dificultan aún más, busca alternativas siempre con la idea del bienestar de tu ser querido y no solo pensando en ti, la vida es corta y recuerda que los hijos repiten patrones, así que como trates a tus padres seguramente será el trato que te darán tus hijos cuando seas un adulto mayor.

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¡Hola! Soy Mamá Pereyra, tengo dos hijos y en lo profesional me dedico a administrar restaurantes, una tarea nada fácil, pero me gusta mucho lo que hago. La mayor parte de mi tiempo trato de dedicarlo a mis hijos, pues estoy convencida que la familia es lo más importante. La vida me ha dado cosas hermosas que trato siempre de transmitir a los demás, me gusta ser solidaria y responsable con todo lo que hago. Disfruto mucho a mis amigas y a mi familia pues es lo más valioso que tengo.

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