Los actos de magia son una cosa curiosa: la primera vez que los vemos es perfectamente natural el experimentar asombro, cuestionar si lo que vimos tiene una explicación lógica e intentar develar la mecánica detrás de los mismos. Y al final, claro, nos entretienen. Pero algo aún más curioso sucede la segunda vez que vemos un mismo truco. La sorpresa se ha diluido considerablemente, ponemos atención a los detalles más allá del subterfugio y, si ponemos la atención necesaria, intuimos cómo se llevaron a cabo.
Justo esto es lo que le ocurre a ‘Los Ilusionistas 2’ (‘Now You See Me 2’, d. Jon M. Chu), una secuela francamente innecesaria que comete el pecado mortal de las segundas partes: imitar a su predecesora sin incorporar elementos que logren marcar una diferencia para el público.
La historia nos muestra a los protagonistas de la película anterior (menos a Isla Fisher, quien quizá se dio cuenta de que una segunda parte no era buena idea) huyendo de la justicia tras el “golpe maestro” que perpetraron en Las Vegas. Son seguidos de cerca por un agente del FBI (Mark Ruffalo) que conoce sus respectivas habilidades y les recluta para una nueva misión. Los llamados Cuatro Jinetes están formados por un ilusionista (Jesse Eisenberg), un hipnotista (Woody Harrelson) y un prestidigitador urbano (David Franco) que opera como una especie de David Blaine, pero sin la pinta de ofensor sexual. El rol femenino que Fisher dejó vacante es ocupado por Lizzy Caplan, quien se desenvuelve bien en su rol.
El cuarteto se presenta en un elaborado espectáculo para un regreso triunfal ante sus fans, pero el gran evento se ve afectado por la irrupción y subsecuente captura de sus estrellas a manos de Walter (Daniel Radcliffe), un genio de la tecnología que muestra a los otrora fugitivos una dura realidad: no son tan intocables como creían y existe alguien con motivación y recursos necesarios para hacerles la vida difícil si no le ayudan a urdir un plan maquiavélico de robo de datos personales a escala global.
De acuerdo, los ilusionistas de esta historia no son superhéroes defendiendo al planeta de un exterminio alienígena. No es esa clase de película, sino más bien una “heist movie” adornada con elementos que rozan la inverosimilitud. Hey, le funcionó bien a la película original, así que no hay razón para que no se repita la “magia”, ¿cierto?
Pues no. El éxito de su predecesora se basaba en el carisma de sus protagonistas y del ingenio del que echaban mano para resolver el conflicto en puerta. En esta ocasión el carisma sigue ahí, pues tanto las interacciones de Harrelson con Franco como las sarcásticas aportaciones de Caplan aligeran el ambiente. El problema es que los personajes no tienen un desarrollo convincente durante la trama. No sabemos más de ellos de lo que mostraron en la cinta previa, y eso es frustrante.
Para una película que cuenta con la presencia de TRES villanos memorables (Morgan Freeman y Michael Caine vuelven a escena, sumándose al previamente mencionado Radcliffe), nunca llegamos a sentir un riesgo convincente en torno a los héroes. Walter es muy efectivo y ruin en su rol antagónico, pero hay algo en el guion que nos provoca a ver el reloj anticipando un gran giro de tuerca “inesperado” en los últimos minutos para dejar a los Cuatro Jinetes sanos y salvos.
Cuando hablamos de que la magia simplemente no está ahí también nos referimos literalmente a los actos de ilusionismo. Llega un momento en el que la carencia de explicaciones lógicas nos hacen pensar que “los malos” tienen que ser francamente idiotas para que la trama avance. No sé ustedes, pero yo prefiero que tanto mis villanos como mis héroes operen en un terreno parejo cuando la confrontación escala al nivel del intelecto. Este filme nos queda mucho a deber en ese aspecto.
Por lo demás la película tiene ambientes bien logrados, pero la edición espasmódica que le gusta al director Chu no nos permite apreciarlos debidamente. El realizador tiene en su historial la dirección de no uno, sino DOS documentales sobre Justin Bieber, así que esto explica su preferencia de estilo sobre sustancia. Lo anterior queda demostrado palpablemente en la escena climática, que nos hace pensar “¿de verdad ESA es la explicación?”, en vez de hacernos sonreír satisfechos al aceptar su premisa.
‘Los Ilusionistas 2’ no es, sin embargo, una película insufrible. Hay suficiente talento actoral en ella para sostener nuestro interés, pese a que le sobran como 30 minutos. El hecho de haber sido filmada mayoritariamente en Macao nos hace pensar que la intención clara del estudio es lograr que la taquilla en China garantice una tercera parte, un truco que Hollywood cree muy convincente para vender la idea de una franquicia exitosa. Espero sinceramente que el resto del público haga un acto de desaparición de las salas de cine, pues estos numeritos se hacen cada vez más predecibles.
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He dirigido revistas como Men'™s Health, ESPN Deportes y SOBeFiT, pero mi pasión es ver, analizar, diseccionar, eviscerar y disfrutar películas, tanto en el podcast Finísimos Filmes como en diversas colaboraciones y columnas. Maté a un hombre en el ring. OK, quizá no, pero sería una gran historia'¦