Ante el crecimiento sostenido de la población, la planificación actual de las ciudades modernas tiene como una de sus vertientes principales la movilidad. En todas las ramas de la materia como infraestructura, gestión de afluencia vehicular, transporte público y cuidado del medio ambiente, entre otras, se forja un modelo que acompañado de tecnologías, convierten a ésta en uno de los principales sectores a apostar por la administración pública.
Cultura vial, transporte no motorizado y el uso de automóviles o autobuses amigables con el medio ambiente, son sólo unas cuantas opciones que equivalen a una pequeña parte del camino hacia una movilidad eficiente. Sin embargo, pese al abanico de opciones y las necesidades crecientes de la población urbana, de acuerdo con el Instituto de Políticas para el Transporte y Desarrollo, hasta 2011 la inversión para movilidad y accesibilidad se centró en mayor parte en la promoción del uso de vehículos privados, así como en la ampliación y mantenimiento de vialidades, lo que ha retrasado el avance en esta materia.
La movilidad ha sido tema de discusión en los últimos años, problemática nodal de la calidad de vida de las ciudades. Cada vez que evadimos una solución de movilidad y transporte, estamos restándonos años de vida.
Basta con decir que en el rubro de movilidad, nuestro país fue el peor calificado, con 3.4 puntos de 100 posibles, en el Índice de Prosperidad Urbana realizado por ONU Hábitat e Infonavit, quienes realizaron un análisis en 136 municipios urbanos para medir las dimensiones de prosperidad. El resultado refleja los problemas del transporte público y la prevalencia del automóvil privado en las ciudades de México.
Además, de acuerdo con el índice de Tráfico de Tom Tom (especialistas en servicios de navegación), la Ciudad de México es la ciudad más congestionada del mundo, superando a mega ciudades como Bangkok, Estambul y Río de Janeiro. Los datos generados mostraron que tener una correcta gerencia de las vialidades y aumento en las opciones de transporte, los tiempos de traslado podrían mejorarse hasta en un 59%; es decir, con las políticas correctas los ciudadanos podríamos llegar a tener nuestros destinos diarios en menos de la mitad del tiempo.
Las propuestas que se han hecho para combatir el problema de movilidad en las ciudades van desde aumentar la oferta de transporte sustentable como metro, tranvías, carriles exclusivos para autobuses y sistemas BRT (Bus Rapid Transit), entre otros, pero también fomentar la movilidad en bicicleta con infraestructura y sistemas compartidos de bicis, además de mejorar las condiciones de movilidad para peatones, con banquetas sin obstáculos y bien iluminadas para darle prioridad sobre todo, al peatón.
Pero también, por ejemplo, puede reducirse la demanda de transporte, es decir, disminuyendo el número de viajes que realizamos. ¿Cómo lograrlo?, los expertos en transporte y movilidad recomiendan trabajar desde casa para quienes no necesitan estar en una oficina, ajustar los esquemas de trabajo a 10 horas en 4 días en lugar de 8 horas en 5 días y utilizar servicios en línea para banca, trámites de gobierno y comercio.
La movilidad urbana es un fenómeno de la vida cotidiana y por tanto, se convierte en uno de los factores principales para garantizar la calidad de vida de los ciudadanos. Hoy en día el gobierno que no apueste por las herramientas que permitan mejorarla, atenta no solo contra el bienestar social sino al avance de políticas públicas que los doten de opciones para transitar en ciudades cada vez más pobladas.
La movilidad es un derecho, pero sin la correcta coordinación entre los tres niveles de gobierno, no puede existir planeación, y mucho menos mantener un crecimiento sostenible. Muchas ciudades de México carecen de una política de transporte de pasajeros que plantee una solución pública y privada de manera integral, adecuada, eficiente, segura y planeada. Es mi opinión…
Licenciada en Economía por la UMSNH.
Consejera Nacional y Estatal del PAN.
Ex funcionaria pública. Orgullosa madre de familia.