Mi padre era un hombre muy sabio, generalmente sabía qué hacer y cómo reaccionar, pero cuando de plano se le agotaban las ideas o se encontraba ante algo que aparentemente no tenía vuelta, su frase era: “Valiendo madres y llamando al Santo”.
Él usaba esta frase cuando ya de plano no veía escapatoria en algo que estaba sucediendo, de la misma manera que el jefe de la policía llamaba al enmascarado de plata cuando estaba en una situación de peligro, como cuando llegaban los extraterrestres, la invasión de los zombies, andaban las momias de Guanajuato sueltas o que simplemente las sexy mujeres vampiro andaban chupando… la sangre de algún pobre cristiano.
No por nada el Santo es el superhéroe más famoso en la historia de México, dígame si no mis queridos lectores, después de ver tanta serie o película de zombies en donde intentan acabarlos a balazos o escopetazo limpio, “El Enmascarado de Plata” ha sido el único que los ha combatido a moquete limpio, y ojo: se los acabó a todos ¡él solito!; ¿y saben que es lo más sorprendente?, que “El Santo” lo hizo en solo un poquito más de una hora, y no como en las series gringas que ya tienen años intentando matar a los zombies y nomás no pueden.
Yo creo que a “El Santo” hay que aprenderle mucho, sí, porque él se la creía y sucedía, enfrentaba a todo tipo de mafiosos, asesinos o monstruos y lo vencía, y eso, deberíamos creerlo todos los mexicanos, porque de que podemos, podemos; ¿o cuál es la diferencia de los mexicanos que se van de aquí y la hacen en grande en otras partes del mundo? ¿a poco la diferencia es la comida o el clima?, digo, porque si se puede allá, acá también se puede, ¿Qué no?
Por eso ahora mi llamado es que en momentos como este, cuando tengamos la sensación de que todo está valiendo “mother”, que ya no hay escapatoria, tomemos el teléfono rojo y llamemos a “El Santo” a ese superhéroe que todos los mexicanos llevamos dentro, y así, enfrentemos a nuestros peores enemigos, que acá entre nos, a lo mejor no están afuera, sino dentro de nosotros mismos.
Porque nos han hecho creer (porque eso les conviene) que no podemos, que somos flojos y dormimos debajo de un nopal, que no tenemos iniciativa, pero como dice la banda de Molotov:
“Si nos pintan como unos huevones, no lo somos… ”¡Viva México, cabrones!”
Y como dijera alguien por ahí: “Después de tener en México por más de 70 años al PRI en el poder… ¿a poco creen que me va a venir a asustar un Presidente gringo?”
¡Nos vemos la próxima semana!
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Me gusta la comida de la Abuela Licha, pero no sus bastonazos. #MiAbuelaEsMiTroll
Eterno admirador de las mujeres y de mi vecinita que acá entre nos, se parece a Salmita Hayek.
Hablo latín, latón y lámina acanalada.
Me invitaron a la última película de Quentin Tarantino pero no traía para la entrada, además no me gusta la sangre, por eso mejor me fui a comprar unos tacos de tripitas.
Si esperas encontrar alguien que escriba bien y bonito, ya te fregaste...yo no'más cuento historias.