El pasado 5 de febrero ocurrió un sismo de magnitud 6.4 con epicentro a sur de la ciudad de Tainan, Taiwán, dejando varias construcciones colapsadas como resultado (en general) de malos diseños y negligencia por parte de sus constructores. Oficialmente se han reportado más de 40 personas fallecidas y un centenar de personas desaparecidas que presumiblemente se encuentran bajo los escombros de por lo menos 8 edificios.
Los sismos en Taiwán son bastante comunes y suelen tener víctimas mortales a pesar de magnitudes medianas/altas pero con epicentros que están cercanos a sus ciudades generando intensidades mayores que muchos edificios (los mal diseñados) no son capaces de resistir. Uno de los sismos más importantes ocurrió en septiembre de 1999 con una magnitud de 7.6 y un saldo cercano a 2,500 personas fallecidas siendo el segundo sismo más mortal de la isla solo después del ocurrido en abril de 1935 el cual dejó 3,200 muertos y tuvo una magnitud de 7.1.
Los sismos en la isla son el resultado de una región compleja en el límite de la placa de Filipinas y la Euroasíatica las cuales chocan a una velocidad de 80 milímetros por año: al norte, la placa de Filipinas se subduce (hunde) bajo la placa Euroasíatica; al sur, la placa Euroasiática subduce (hunde) bajo la placa de Filipinas.
En regiones alrededor del mundo, donde se conoce el alto peligro sísmico, con frecuencia sabemos de daños, lesionados y víctimas por la vulnerabilidad de sus construcciones; en muchos casos, esta vulnerabilidad puede reducirse si los ingenieros, arquitectos, constructoras e incluso la autoconstrucción se apegan a normas de construcción recientes y son verdaderamente supervisadas por los organismos responsables de Protección Civil locales.
Los desastres surgen si existen edificaciones de mala calidad y este es el caso de Taiwán. Con historia sísmica reciente ahora resulta evidente que no se aprendieron las lecciones (como también sucede en muchas partes del mundo) de aquellos terremotos que dejaron miles de víctimas en el pasado. Los edificios colapsados, que hemos visto en redes sociales, son responsabilidad de los constructores que, por ahorrar dinero, utilizaron materiales de baja calidad como son latas de aceite para “rellenar” las losas entre cada piso provocando que el comportamiento de un edificio ante un sismo tuviera resultados catastróficos.
Algunas otras fotografías también muestran fallas de diseño como es lo débil de algunas estructuras en las plantas bajas; en muchos casos las áreas comerciales se encuentran en los pisos inferiores y por maximizar el espacio se sacrifica elementos de la construcción como muros pero que a la hora que ocurre un sismo no se distribuye uniformemente las cargas de la estructura.
También se hizo evidente que ignoraron o no pudieron prever (en los diseños) las condiciones del suelo de algunas zonas donde se presentó un fenómeno conocido como “Licuefacción” que, aplicado en sismología y de una manera fácil de entender, ocurre cuando la fuerza de un sismo sacude el suelo y permite el paso del agua almacenada en el subsuelo hacia la superficie; equivale a comprimir con la mano una esponja con agua dentro de ella.
Video que ejemplifica la licuefacción como durante el sismo de Japón M9.0 del 11 de marzo de 2011.
Un caso Latinoamérica de malos diseños (y otros factores) se presentó a raíz del terremoto de magnitud 8.8 del 27 de febrero de 2010 en Chile. A pesar de la gran magnitud y grandes intensidades que generó este sismo la gran mayoría de las edificaciones pudieron soportar las violentas sacudidas. Quienes sí respetaron las normas de construcción locales no sufrieron daños catastróficos o presentaron daños esperados; uno de los casos más sonados fue el conocido como “Río Alto” donde una combinación de mal cálculo, mala calificación del suelo, un diseño modificado y sin revisión, además de personas no aptas para construcción dieron como resultado el colapso de una torre de 15 pisos y varios decesos en un desastre que se pudo evitar.
Si tienes alguna duda sobre la seguridad o integridad del lugar en donde vives puedes consultar con protección Civil de tu localidad y solicitar una revisión de tu inmueble. Las reparaciones o adecuaciones que puedan hacerle al inmueble, en caso de ser necesario, habrán valido la pena porque estarías evitando una tragedia para ti y tu familia.
P.D. – El domo de lava que formó el Popocatépetl durante los días pasados aún no se ha destruido con las explosiones, leves hasta ahora, de los últimos días; permanece latente la posibilidad de una explosión fuerte a moderada. Los vientos cambiantes de esta época del año podrían llevar la ceniza de las explosiones hasta la Ciudad de México por lo que debemos estar pendientes.
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Nacido en Guadalajara, Jalisco en 1983.
Aficionado y estudioso de las Ciencias de la Tierra, en especial de la Geología y Meteorología desde 1995.
En 2012 comenzó a revolucionar la forma de dar a conocer los fenómenos naturales desde las redes sociales de 'SkyAlert', logrando posicionar el Twitter de esa empresa como el líder en todo el mundo en materia sísmica y volcánica en Español.
Colaborador desde 2010 en el noticiero de Radio 'Coup D Etat' RMX de Grupo Imagen.
Fundador de empresas como Retuit (2012) y Disappster (2013). Debutante columnista en el portal de Fernanda Familiar en 2014.
Me parece que aqui hay un comentario que pudiera no ser muy acertado: «por ahorrar dinero, utilizaron materiales de baja calidad como son latas de aceite para rellenar las losas entre cada piso provocando que el comportamiento de un edificio ante un sismo tuviera resultados catastróficos.». Es escencialmente incorrecta esa expresión pues es práctica correcta aligerar las losas cuando se requiere que tengan peraltes como el observado en ese edificio, a veces es unicel, a veces es madera (cimbra ahogada también llamada cimbra perdida), a veces son bloques huecos de concreto, etc. en fin, no es correcto atribuir el colapso de ese edificio a esos botes de lámina pues no inhiben la función estructural en la losa (cubrir un area y trasladar su carga a la estructura de soporte horizontal compuesta por trabes, cerramientos, muros de carga, etc.), cierto es que esos botes no es una forma ortodoxa de aligerar losas pero no puede ser considerado como causante de un comportamiento catastrófico del edificio, habrá que recordar que en un sismo los elementos que se ven sometidos a mas esfuerzos y pueden llegar a fallar son los verticales (columnas, muros, travesaños, etc) y son «normalmente» los que se fracturan y causan el colapso del edificio entero, pero lo que mas hay que tener presente es que en un colapso la causa es necesariamente la suma de muchas mas variantes, unas latas «aligerando» no pueden ser la causa aqui, debió sumarse como en otros colapsos: la fuerza del sismo+la calidad de la ingenieria y diseño+las características de la estructura elegida+calidad de materiales+calidad de ejecución de la construcción+calidad de supervisión+calidad de administración y flujo de capital+tipo de suelo+calidad de estudio de mecanica de suelo+resonancia de ondas sismicas con suelo+modificaciones probables de usuarios+uso adecuado o no de espacios arquitectónicos+n factores mas… decir que un edificio se cayó por culpa de una sóla causa es no conocer todos los ingredientes de una catástrofe.