Resumen 2017: clima y ciclones

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El año cierra con varias lecciones por ciclones y tormentas exacerbadas. Sí, el cambio climático es real y sigue en desarrollo mientras el calentamiento global continúa una alarmante tendencia al alza.

Es importante que desestimes la importancia del calentamiento global al confundas el frío actual, estacional por la temporada invernal, con el calor a escala planetaria donde los promedios de temperaturas, obtenidos desde hace más de 100 años, aumentan mes con mes.

2017 es otro año con récord de temperaturas promedio globales sobre la media histórica. De acuerdo a la Organización Meteorológica Mundial, 2017 está por ser uno de los tres años más cálidos jamás registrados aún sin la presencia del fenómeno de “El Niño” y el calentamiento de las aguas del Pacífico Ecuatorial. Este calentamiento incesante de las temperaturas de las superficies terrestres y oceánicas están 100% ligadas a las grandes emisiones de gases de efecto invernadero que el ser humano produce día con día desde la revolución industrial.

Imagen: mediciones de dióxido de carbono en la atmósfera y su alarmante tendencia para los próximos años.

Para más información sobre niveles de gases de efecto invernadero –> https://climate.nasa.gov/vital-signs/carbon-dioxide/

Actualmente, la concentración de CO2 está en 407.22 partes por millón. Quizás pienses que las concentraciones de dióxido de carbono no tienen importancia en el clima de la tierra, sin embargo, considera que la última vez que se registró una concentración de CO2 –comparable- fue hace 3 a 5 millones de años; la temperatura era entonces de 2 a 3 °C más cálida y el nivel del mar entre 10 y 20 metros superior al actual.

El calor a escala global ha tenido efectos devastadores desde diversas perspectivas: fuimos testigos de incendios voraces, que arrasaron grandes ecosistemas en Portugal, España, California (EE.UU.) y Chile; ciclones tropicales muy intensos y tormentas severas cada vez más frecuentes.

Imagen: más de 100 personas fallecidas por incendios en Portugal, uno de los más devastadores de su historia.

Seguramente habrás observado en noticias internacionales que fenómenos meteorológicos extremos (tormentas severas, granizadas, ciclones intensos, etc.) son cada vez más frecuentes y catastróficos al afectar áreas con alta densidad poblacional y zonas marcadas por el bajo desarrollo y calidad de vida. Sequías y olas de calor, lluvias intensas y ciclones catastróficos, son los principales síntomas de un planeta que busca el equilibrio de su clima entre estos eventos extremos.

México es notablemente afectado por estas condiciones. En temporada de lluvias hay zonas donde las precipitaciones han sido por debajo de lo normal como Chiapas, Yucatán, Tabasco y Quintana Roo y otras zonas donde las precipitaciones causan devastación como Puebla, Oaxaca, Guerrero, Estado de México e incluso Ciudad de México donde efectos de lluvias típicas adquieren otra dimensión por la infraestructura de drenaje ya rebasada ante sus millones de habitantes y el incesante hundimiento (principalmente al oriente de la capital).

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Imagen: inundación en estación del metro en CDMX durante la temporada de lluvias.

La temporada de ciclones tropicales 2017 se vio claramente influenciada por las primeras señales de un evento de “La Niña” donde las aguas del Pacífico Ecuatorial fueron marcadamente más frías; en consecuencia, los ciclones tropicales fueron más intensos en la cuenca del Atlántico y ligeramente por debajo del promedio para el Pacífico Nororiental.

Ciclones Pacífico Nororiental

Se formaron 20 ciclones tropicales de los cuales 18 fueron nombrados y solo 4 de ellos fueron “huracán mayor” al ser de categoría 3 o superior.

Los ciclones más importantes, por los efectos que dejaron (principalmente en México), fueron la tormenta tropical Beatriz (Oaxaca), tormenta tropical Calvin (Oaxaca) y la tormenta tropical Lidia (BCS). Los tres ciclones causaron diversas afectaciones dejando varias personas fallecidas demostrando que no es necesario tener un poderoso ciclón categoría 5 para que el desastre se haga presente al igual las afectaciones no solo son en las costas (LO MENCIONÉ EN REPETIDAS OCASIONES ANTES Y DURANTE DE LA TEMPORADA) pues solo bastan las lluvias asociadas y la poca preparación/información.

Como fue señalado renglones atrás, la temporada del Pacífico, aunque destructiva, no fue tan intensa ni tan devastadora como sí ocurrió en el Atlántico.

Imagen: efectos de la tormenta tropical Lidia en Baja California Sur.

Ciclones Atlántico

Se formaron 20 ciclones tropicales de los cuales 17 fueron nombrados y 4 de ellos fueron “huracán mayor” al ser de categoría 3 o superior.

Los huracanes más devastadores, en combinación por sus vientos y lluvias torrenciales, fueron Harvey, Irma, José y María.

Sobre Harvey, en este enlace http://sp2018f01szjd.wpengine.com/colaboradores/alvaro-velasco/houston-tenemos-un-gran-problema/ encontrarás información detallada sobre este poderoso y sorpresivo ciclón tropical que cruzó la Península de Yucatán como una baja remanente para emerger en el Golfo de México e intensificarse en pocas horas.

Irma y María llevan una mención especial por la extensa devastación causada a lo largo del Caribe, desde las Antillas Menores hasta Florida. Aunque también José fue un huracán poderoso (cat. 4), su impacto fue mucho menor causando alrededor de 10 decesos en una ya devastada Barbuda.

Las islas con mayores afectaciones fueron Anguila, Antigua y Barbuda, Bahamas, Cuba, Haití, Puerto Rico, República Dominicana, San Bartolomé, San Martín, Turcas y Caicos, Vírgenes Británicas, Vírgenes Estadounidenses y finalmente territorio continental de Estados Unidos. Más de 100 personas fallecieron y muchos hogares quedaron destruidos.

Imagen: Irma, huracán de categoría 5, acercándose a las Antillas Menores a principios de septiembre con vientos de 285 km/h y rachas de 354 km/h.

Septiembre es estadísticamente el mes que marca el clímax de la temporada de huracanes, no fue la excepción pues ya Harvey e Irma habían marcado este punto álgido el cual fue seguido por otro devastador huracán: María.

Islas que ya habían sido afectadas previamente por Irma, sufrieron un nuevo embate de la naturaleza, las principales fueron Islas de Barlovento, Puerto Rico, República Dominicana, Islas Turcas y Caicos, Bahamas, Bermudas e Islas Vírgenes.

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Se estima que más de 1300 personas fallecieron por alguno de los efectos asociados a este ciclón (inundaciones, colapso de viviendas por vientos, crecida de ríos, etc.). María tocó tierra en varias islas como poderoso categoría 5 registrando rachas superiores a 300 km/h.

Puerto Rico fue la isla más afectada pero la tragedia fue minimizada por el mandatario estadounidense quien hizo alusión al desastre de Katrina refiriendo que este huracán sí fue catastrófico en Estados Unidos a diferencia de María con Puerto Rico. Al momento en que estás leyendo este texto, hay miles de familias en Puerto Rico y las Antillas Menores que necesitan ayuda.

Imagen: Puerto Rico con miles de hogares devastados por inundaciones y otros miles por efectos del viento.

De acuerdo a expertos, no existen evidencias que señalen de forma clara que el cambio climático esté influyendo en la mayor frecuencia de los huracanes, sin embargo, el calentamiento global sí está incidiendo en que las lluvias asociadas en los ciclones sean más intensas pues a mayor calor, mayor evaporación y más agua precipitable.

No esperemos a que las soluciones para ayudar a combatir el calentamiento global provengan de los gobiernos (sin importar el país); lo más importante es que nosotros cambiemos nuestros hábitos de consumos y que como sociedad forcemos un cambio en el uso de combustibles fósiles hacia energías renovables y sustentables.

Dejemos de creer que las generaciones futuras son las sufrirán las consecuencias del calentamiento global con el crecimiento del nivel del mar, fenómenos meteorológicos extremos más frecuentes e intensos y extinción de especies, nosotros ya estamos viviendo todos estos efectos.

¡Opina, comparte y súmate a la prevención!

 

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Nacido en Guadalajara, Jalisco en 1983.

Aficionado y estudioso de las Ciencias de la Tierra, en especial de la Geologí­a y Meteorologí­a desde 1995.

En 2012 comenzó a revolucionar la forma de dar a conocer los fenómenos naturales desde las redes sociales de 'SkyAlert', logrando posicionar el Twitter de esa empresa como el lí­der en todo el mundo en materia sí­smica y volcánica en Español.

Colaborador desde 2010 en el noticiero de Radio 'Coup D Etat' RMX de Grupo Imagen.

Fundador de empresas como Retuit (2012) y Disappster (2013). Debutante columnista en el portal de Fernanda Familiar en 2014.

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