En lo que va de este 2016, el Popocatépetl ha mostrado mayor actividad si se compara con la de años previos pero aún lejos del máximo nivel durante finales de 2000 y principios de 2001.
En enero, abril y junio han sido los meses con mayor actividad con frecuentes episodios de explosiones, tren de exhalaciones y tremor que indica ascenso de magma hacia la superficie para formar los conocidos domos de lava. Destaca la erupción estromboliana, registrada el 18 de abril, la cual generó una constante emisión de fragmentos incandescentes sobre las laderas del volcán y una columna de ceniza que superó los 2 km sobre el cráter.
Por esta actividad, gran parte de la ciudad de Puebla amaneció cubierta de ceniza debido a que durante esa época del año los vientos predominantes dispersaron la ceniza hacia el oriente; ahora, los vientos tienden a dispersar la ceniza hacia el poniente y una actividad similar podría provocar lluvia de ceniza en la Ciudad de México.
El 8 y 9 de julio, el sistema de monitoreo del Cenapred detectó un enjambre (secuencia de sismos en poco tiempo y magnitudes similares) de 39 sismos volcanotectónicos; esto significa que las rocas, por algún de esfuerzo como el movimiento del magma, son fracturadas a profundidad del volcán; este tipo de sismicidad es considerada como un precursor a mediano o largo plazo, un ejemplo similar ocurrió de 1999 a 2001.
En 1999, un día después del sismo del 15 de junio M7.0 con epicentro en Tehuacán, Puebla, el Popocatépetl registró un enjambre sísmico que marcó el inicio del crecimiento del domo de lava más grande que ha tenido el Popocatépetl. Para diciembre de 2000, el tremor, que indica el ascenso de magma hacia la superficie, registró el nivel más alto indicando un rápido crecimiento del domo; esta actividad culminó el 22 de enero de 2001 con una explosión muy fuerte que generó flujos piroclásticos y lahares (flujos de lodo) destruyendo aquel domo, esta erupción es poco recordada.
En más de 1 mes llevamos por lo menos 50 sismos volcanotectónicos. Esta cifra estaría superando el acumulado de los meses previos por lo que es un indicador que llama la atención pero que NO debe generar alerta o alarma entre la gente. Para complementar las señales sísmicas, también se miden las propiedades geoquímicas de los manantiales y arroyos aledaños, medición de gases, medición de la deformación del edificio volcánico mediante rayos láser y un arsenal de cámaras que registran en vivo cada manifestación visual.
Por ahora, lo que podemos esperar es que en próximos días inicie el crecimiento de un nuevo domo de lava que será destruido mediante las explosiones que frecuentemente hemos visto; la fuerza de las explosiones dependerá del tamaño del domo de lava y la rapidez con que se forme. Afortunadamente, el Popocatépetl es uno de los volcanes más estudiados y monitoreados del mundo al contar con vulcanólogos de talla internacional que se encargan de analizar e interpretar las señales que produce el volcán.
Las indicaciones más importantes respecto al Popocatépetl es respetar el radio de seguridad de 12 km y barrer la ceniza que se acumule cuando sea el caso.
P.D.- Cumplió un año la erupción del Volcán de Colima y hasta la fecha seguimos esperando un reporte de quienes están encargados de su monitoreo. Al final de cuentas, están usando recursos públicos es una obligación mantener informados a quienes requieran acceso a este tipo de datos, es por el bien de todos.
¡Opina, comparte y súmate a la prevención!
Nacido en Guadalajara, Jalisco en 1983.
Aficionado y estudioso de las Ciencias de la Tierra, en especial de la Geología y Meteorología desde 1995.
En 2012 comenzó a revolucionar la forma de dar a conocer los fenómenos naturales desde las redes sociales de 'SkyAlert', logrando posicionar el Twitter de esa empresa como el líder en todo el mundo en materia sísmica y volcánica en Español.
Colaborador desde 2010 en el noticiero de Radio 'Coup D Etat' RMX de Grupo Imagen.
Fundador de empresas como Retuit (2012) y Disappster (2013). Debutante columnista en el portal de Fernanda Familiar en 2014.
[…] – Hace unas semanas, en este mismo espacio, mencioné la posibilidad de caída de ceniza en la Ciudad de México por la actividad del […]