¿Qué es la adicción?

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Lonely Teenager Girl Sitting in the Dark Doorway with Beer Bottle in a Sweatshirt with a Hood

Los invito a que se inscriban al blog de mi amigo el psicoanalista y Especialista en adicciones Toffie Sasson Hamui: “Crianza y Adicciones” (crianzayadicciones.com). Aquí nos dejó una probadita. Leamos:

La adicción, drogadicción o farmacodependencia, es una enfermedad crónica que se produce por el uso recurrente de alguna sustancia psicoactiva (droga) que afecta el cerebro, implica que el cerebro “se acostumbra” al uso de la droga y la “necesita” constantemente. La característica más evidente de ésta enfermedad es el uso compulsivo de drogas… la persona pierde el control de lo que consume y/o de lo que hace al estar intoxicado.

¿Qué hace que sea una enfermedad? ¿Porqué no es un mal hábito?

Es una enfermedad porque existe una alteración orgánica a nivel de los neurotransmisores, el consumo de drogas modifica el funcionamiento y la estructura del cerebro.

¿Cuáles son los síntomas y signos de la adicción?

Existen dos síntomas orgánicos y 4 síntomas psicológicos. Los orgánicos son la tolerancia y la supresión.El fenómeno de la tolerancia implica el aumento en la cantidad y/o frecuencia que se consume con el fin de obtener el mismo efecto. La tolerancia es posible gracias a la neuradaptación del cerebro a la sustancia. El síndrome de supresión nos comprueba la parte física de la adicción. Se da por el equilibrio neuroquímico del organismo. Cada sustancia tiene su propio grupo de signos y síntomas característicos del síndrome de supresión y por lo general estos son el opuesto al efecto que se obtiene durante la intoxicación, por ejemplo: la cocaína, que es un estimulante, en el periodo de intoxicación produce euforia, excitación, seguridad, etcétera; En el síndrome de supresión se vive depresión, miedo, paranoia, etcétera.

¿Y los síntomas psicológicos?

Stanton Pelle observa que “los criterios para establecer si un individuo es adicto deben centrarse en la nocividad” Esta nocividad incluye “su efecto de limitar otras fuentes de gratificación, la percepción por parte del individuo de que el consumo es imprescindible para su funcionamiento”. Aunque en realidad llega un momento en que el consumo ya no es gratificante y aún así persiste.

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Podríamos agrupar los síntomas psicológicos en cuatro: la obsesión, la pérdida de control tanto de la cantidad que se consume como de la conducta, el consumo a pesar de vivir consecuencias negativas y la negación.

Sobre la obsesión te puedo decir que un adicto, no puede dejar de pensar en la sustancia y de planear su próximo consumo. Cuando se acerca el momento de consumir, es probable que se experimente una especie de ansiedad y excitación que no se calmará hasta drogarse, y si no consume se siente frustrado, puede sentir miedo o hasta pánico. Su obsesión le quita gran parte de su tiempo, energía y atención. Organiza su vida de tal forma que facilite la obtención de su droga, se segura de que nada interfiera con la posibilidad de conseguir una dosis de cocaína para la noche o de llevar consigo una provisión de alcohol a cualquier fiesta a la que acude para tener la seguridad de que consumirá. Protegerá la obtención de su droga a toda costa.

A pesar de las buenas intenciones o las promesas que se ha hecho a sí mismo o a los demás de no consumir, cuando se toma el primer trago, la voluntad no es suficiente, se pierde el control de la cantidad que se consume y no puede parar de consumir, pierde el control. Recuerdo el relato de un adicto que contaba que le llamaba a su vendedor de cocaína para que le surta droga y simultáneamente se hincaba pidiéndole a dios que no le contestara… esa es justamente la pérdida de control.

Lo que hace que esta adicción sea un problema es que se vuelve en contra de uno. El consumo trae consecuencias negativas en la vida del adicto… Y sigue consumiendo a pesar de ellas. Las consecuencias están muy relacionadas a las pérdidas, pierden el trabajo, los amigos, pierden dinero y en muchas ocasiones hasta la familia. Es una enfermedad donde el adicto destruye lo que más quiere.

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La negación es un mecanismo de defensa de la enfermedad que hace que el adicto no reconozca ni las cantidades que consume ni las consecuencias del consumo. Y con esto no me refiero a la persona que miente, sino a la que no se da cuenta de las consecuencias que esto le produce.

¿Todos los adictos son iguales?

No, a pesar de que todas las personas adictas comparten los síntomas que te mencioné, existen aspectos singulares de cada persona como es el significado que cada adicto le atribuye a su experiencia con la droga. Si bien para alguien el consumo de drogas puede significar “ser hombre” para otra persona puede significar “pertenecer” a un grupo determinado. Aunque en muchas ocasiones los adictos refieren que con la droga se “atreven a hacer cosas”, es distinto que se atrevan a “hablar en público” que a “golpear” o a “tener relaciones sexuales”. Esto implica que las causas del consumo son distintas para cada adicto.

Te invito a que te registres en mi blog “Crianza y Adicciones” crianzayadicciones.com para que recibas mucha información relacionada con el tema y pueda ayudarte a lidiar con las dificultades que implican la crianza y las adicciones.

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Psicoanalista y psicoterapeuta de adolescentes y adultos. Docente de posgrado y ex coordinadora del Doctorado de la Asociación Psicoanalí­tica Mexicana, por su interés en la investigación en temas relacionados al psicoanálisis. Autora de diversos escritos tanto académicos como de divulgación y dos libros: 'Mitos del Diván' y 'La compulsión de repetición: La transferencia como derivado de la pulsión de muerte en la obra de Freud.'

Coautora del libro "Misión imposible: cómo comunicarse con los adolescentes" junto con Martha Páramo Riestra de Editorial Grijalbo 2015

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Psicoanalista y psicoterapeuta de adolescentes y adultos. Docente de posgrado y ex coordinadora del Doctorado de la Asociación Psicoanalí­tica Mexicana, por su interés en la investigación en temas relacionados al psicoanálisis. Autora de diversos escritos tanto académicos como de divulgación y dos libros: 'Mitos del Diván' y 'La compulsión de repetición: La transferencia como derivado de la pulsión de muerte en la obra de Freud.' Coautora del libro "Misión imposible: cómo comunicarse con los adolescentes" junto con Martha Páramo Riestra de Editorial Grijalbo 2015

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