Le pedí a la psicoterapeuta Catalina Zeevaert (catalinazeevaert@gmail.com), quien también pertenece a la Clínica de Trastornos Alimenticios del Hospital ABC, CORPORALMENTE que nos escribiera algo sobre la configuración de esta problemática tan común. Leamos qué nos preparó:
La mayoría de los trastornos de la alimentación, desde la mirada psicoanalítica, tienen un origen en una etapa muy primitiva del desarrollo del ser humano conocida como la etapa oral.
«La manera en que la madre da pecho, proporciona el patrón de todas las situaciones ulteriores y la relación de la persona con la comida. Por esta razón, la manera en que se alimenta al bebé es tan importante.” (Winnicott, 1960)
Debido a sobre gratificaciones o frustraciones en esta etapa del desarrollo, se puede decir que la mayoría de los pacientes con algún TCA tienen una fijación en la etapa oral, ocasionando que haya dificultades en las etapas del desarrollo psicosexual posteriores y por lo tanto en el intento de separarse de su madre y desarrollar su autonomía.
Es por esta razón que cualquiera de los actos auto destructivos que pueden acompañar a este trastorno (atracones, vómitos, el bajo peso, el sobre peso, las autolesiones…) van dirigidos en parte hacia esa madre que llevan adentro como recuerdo, de la cual han sido incapaces de desprenderse tanto física como psicológicamente.
Se podría decir que algunas de las características más comunes del prototipo de una madre responsable de tener un hijo/hija con un TCA es que son madres intrusivas, controladoras y que no respetan los límites. Esto normalmente se da porque son mujeres narcisistas, incapaces de ver las necesidades de sus hijos e incapaces de darles las herramientas para independizarse.
Lo más interesante que se ha visto últimamente a lo largo de la práctica con pacientes con algún tipo de TCA es que aunque el vínculo con la madre es sumamente importante en su relación con el alimento, de manera cada vez más frecuente el vínculo que el papá tiene con el alimento es también determinante. No se habla mucho acerca de esto ya que hay muy poca investigación, pero el hecho de que la dinámica familiar ha cambiado a lo largo de los años y los papás se han empezado a involucrar más en la crianza de los hijos, nos ha permitido observar cómo en muchos de los casos, la mala relación que tienen las pacientes con la comida y su cuerpo ha sido aprendida de ellos.
En muchos de los casos que hemos tratado en los últimos años, los padres son los que tienen una pésima relación con la comida y una gran obsesión por su imagen corporal, no presentando ellos un TCA diagnosticado como tal y siendo los hijos/hijas quienes terminan actuando la enfermedad.
En Corporalmente – Clinica de Trastornos Alimenticios del Hospital ABC (Monte Libano 170, Lomas de Chapultepec. Teléfono: 55401238 ) trabajamos de manera conjunta un psiquiatra, una psicóloga y una nutrióloga con cada paciente. Se realiza una evaluación y se da un tratamiento adecuado, brindando herramientas para fortalecer al paciente y a su familia. Este concepto está dirigido a la búsqueda de una salud integral MENTE – CUERPO. Por favor, ante cualquier duda, no dejes de contactarme.
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Psicoanalista y psicoterapeuta de adolescentes y adultos. Docente de posgrado y ex coordinadora del Doctorado de la Asociación Psicoanalítica Mexicana, por su interés en la investigación en temas relacionados al psicoanálisis. Autora de diversos escritos tanto académicos como de divulgación y dos libros: 'Mitos del Diván' y 'La compulsión de repetición: La transferencia como derivado de la pulsión de muerte en la obra de Freud.'
Coautora del libro "Misión imposible: cómo comunicarse con los adolescentes" junto con Martha Páramo Riestra de Editorial Grijalbo 2015