Mi primer trabajo fue en Instituto Nacional de Nutrición Salvador Zubirán, y como psicóloga de enlace me correspondía ayudar a hacer diagnósticos diferenciales entre las personas que estaban enfermas por razones orgánicas (médicas), y aquellos pacientes que, aquejados de algún dolor o incapacidad física, tenían un trastorno somatomorfo, o sea, un trastorno mental que afecta al cuerpo en la realidad o en la fantasía como si fuera una enfermedad física real sin serlo. En este tipo de trastornos NO existen razones físicas demostrables o mecanismos fisiológicos que expliquen las dolencias y los síntomas, sin embargo el paciente no miente, no se está inventando los síntomas, sino que en verdad los sufre, pero ello se da a partir de procesos psicológicos y no fisiológicos.
Existen 6 trastornos somatomorfos (o somatoformes) y hoy explicaré la hipocondría. La hipocondría es el convencimiento de que uno está enfermo de uno o varios padecimientos a pesar de que todos los médicos explican y aseguran al paciente de que no tiene ninguna enfermedad. El paciente está continuamente preocupado, o preocupada, y tiende a interpretar cada cuestión corporal a partir de ese miedo, por lo que un simple dolor de cabeza puede generarle al paciente el miedo a tener un tumor cerebral.
Este tipo de pacientes gastan mucho en médicos, terapias médicas y medicinas, y continuamente se viven aquejadas y no pueden dejar de pensar y hablar de su enfermedad. Si el médico descarta una enfermedad, se creerán otra, pero siempre tendrán el convencimiento de estar enfermos de una u otra cosa. Esto va generando que la relación con los médicos se vaya deteriorando pues se produce mucha frustración entre ambos al no encontrar las respuestas, por ello estos pacientes van cambiando de doctores, hacen “Doctor–Shopping.”
Esto genera primero preocupación y luego hartazgo en los familiares, que terminan siendo los verdaderos rehenes de este trastorno, teniendo que cuidar al paciente en su incapacidad.
El malestar del paciente es constante y profundo, pues él o ella en verdad están convencidos de su enfermedad. El deterioro en la vida social y laboral es muy importante, pues el paciente termina con una gran dificultad para salir de su casa o mantener relaciones personales.
En ocasiones todos tenemos preocupaciones hipocondriacas, sobretodo si estamos pasando por un mal momento, con depresión y/o ansiedad, pero la verdadera hipocondría es muy duradera (al menos 6 meses) y aparece como el trastorno principal del paciente.
En cualquier caso es indispensable la revisión de un médico quien descarte las posibles causas médica antes de remitir al paciente con un psiquiatra y/o con un psicoterapeuta especializados.
Psicoanalista y psicoterapeuta de adolescentes y adultos. Docente de posgrado y ex coordinadora del Doctorado de la Asociación Psicoanalítica Mexicana, por su interés en la investigación en temas relacionados al psicoanálisis. Autora de diversos escritos tanto académicos como de divulgación y dos libros: 'Mitos del Diván' y 'La compulsión de repetición: La transferencia como derivado de la pulsión de muerte en la obra de Freud.'
Coautora del libro "Misión imposible: cómo comunicarse con los adolescentes" junto con Martha Páramo Riestra de Editorial Grijalbo 2015