El duelo en los niños

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Les dejo este escrito sumamente importante que nos escribió la psicoterapeuta de Iskalti Karen Axelrod (kaxelrod@iskalti.com) sobre cómo procesan el duelo los niños. Leamos:

Poco se habla, poco se sabe. El duelo es parte de la vida. Desde que una persona nace se enfrentará a duelos que son parte natural del desarrollo

¿Qué es lo que sucede cuando los niños tienen que afrontar la pérdida de algún papá, abuelo o hermano?, ¿Cómo repercute en su desarrollo psíquico? ¿Cómo los adultos pueden ayudar al niño a comprender este fenómeno tan cotidiano y tan doloroso de la vida?

El duelo es la pérdida de un objeto amado por el niño, este objeto puede ser mamá, papá, algún hermano o abuelos. Al ser objetos de amor para el niño, se ha puesto un monto de energía considerable que ayuda a relacionarse con ellos.

Cuando se pierde a un ser querido comienza el proceso de duelo que se refiere al regreso de la energía puesta en la relación con el ser querido hacia uno mismo para después poderla poner en la relación con otra persona.

Para que el proceso de duelo suceda se requieren de ciertos factores propios del desarrollo en los niños; el aparato mental debe contar con  ciertas capacidades como son  el sentido de realidad, la aceptación de este principio de realidad, y tener un control parcial de los impulsos.

Algunos de los conceptos que tiene que tener integrado el niño para poder elaborar el duelo de una manera sana son los siguientes: el concepto de lo viviente y lo no viviente, lo animado y lo no animado. Poder entender el concepto de presente, pasado, futuro. Y por último el tener la capacidad de verbalizar para entender la muerte ya que habrá cosas que no serán de la misma manera.

Descritos estos puntos se llega a deducir que el proceso de duelo no puede suceder hasta que exista la conceptualización de la muerte y para que esto suceda, necesita haber una constancia objetal bien integrada ya que posibilita la noción del tiempo y espacio.

Cada niño vivirá el proceso de duelo de acuerdo a su bagaje, a su historia y a la etapa de desarrollo en la que se encuentre en ese momento. Es importante tomar en cuenta el ambiente en el que se está desarrollando un niño ya que existen factores externos que posibilitan o dificultan el proceso de duelo en el niño.

El tener a una persona que sea consistente va a permitir la movilización de la energía, y si no la hay, el niño recurre a no mover esa energía lo que impedirá su futuro desarrollo.

El progenitor que sigue con el niño tiene también un papel importante en cómo se manejará el duelo, ya que solamente se podría elaborar el duelo cuando haya una aceptación de la muerte, es entonces que puede comenzar a elaborar el duelo.

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Este paso es de suma importancia para el niño ya que, si el padre no puede pasar de la negación, al hijo le costará más trabajo poder elaborar su propio duelo, por lo que la fortaleza del padre es también un factor importante para el óptimo desarrollo del hijo después de la pérdida.

La percepción del niño es más intensa de lo que uno puede imaginar, el niño registra las cosas que pasan a su alrededor, puede sentirlo y aunque no sea aún verbalizado, en su inconsciente está la respuesta de su situación aún si los padres no le han hablado del tema, y la mejor manera que se propone para trabajar el duelo desde casa, es hablar con la verdad, pues la verdad alivia y ayudará al niño a elaborar la pérdida.

A veces la verdad difícilmente es aceptada y los papás no saben como comunicarse con sus hijos por lo que recurren a decirles mentiras y cómo el niño entiende lo que está pasando, si le mienten va a dejar de creer ello, el niño terminará confundido y con sentimientos desolados de desesperanza ya que no tiene a nadie a quién acercarse.

Esto causa consecuencias en el desarrollo del niño pues cuando no se les dice la verdad sobre la muerte, ellos no comprenden que alguien pueda desaparecer para siempre (Aberastury, 2008), entonces versiones como se fue al cielo hacen que el niño piense que la persona sigue ahí y quiera seguir el mismo destino, un ejemplo claro de esta situación se dio en un caso de un chiquito de 5 años cuya mamá falleció por una complicación en una operación.

El papá le dijo al niño que su mamá estaba en el cielo, por lo que al subirse a un avión el niño le pregunta al papá: ¿dónde está mi mamá si estamos en el cielo? El papá le contesta que está en el espacio y el niño ahora quiere ser astronauta para ir a buscar a su mamá. Es entonces que se dificulta la elaboración del duelo y por consecuencia, el proceso de conocimiento y de desarrollo.

Cuando no hay una elaboración del duelo, el niño desplegará una posible serie de síntomas como el rechazo a los alimentos, o trastornos del sueño, pues es él el depositario de las ansiedades de los adultos, pero al entrar a un proceso terapéutico, estos síntomas van siendo elaborados y entonces la verdad se esclarece, la mentira queda atrás y el niño comienza a sentirse mucho mejor, en caso de que los síntomas no se trabajen causará un deterioro físico y psíquico ya que no hay elaboración del duelo y en su lugar existe una angustia muy fuerte por la pérdida, mientras que en el adulto aumentan sus ansiedades.

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Este proceso de duelo es patológico y puede ser pasajero, pero si se instaura como sistema de comportamiento fuera de lo normal.

El duelo en los niños es un tema que tiene que ser hablado por la familia y de ser posible tratado en una psicoterapia. Para que un niño pueda elaborar el duelo tiene que tener una constancia objetal bien establecida, una capacidad mental con facultades para comprender conceptos como presente, pasado y futuro y animado y no animado.

El duelo es un proceso que tiene que ser tratado de la manera más correcta posible de acuerdo con lo mencionado en este artículo. Se trata de ser honesto con el niño, explicarle lo que está sucediendo, lo que pasó y qué es lo que pasará, aunque no tenga la capacidad mental de comprenderlo todavía, su inconsciente lo irá trabajando y podrá elaborarlo más tarde, pero de no ser así, el niño puede desarrollar síntomas patológicos que pongan en riesgo su desarrollo y por lo tanto, su vida adulta. Sin embargo el tener una figura sustituta constante posibilita la elaboración del duelo, puede ser alguien de la familia o el mismo terapeuta quien desarrolle esta función.

Si tu hijo está atravesando por un duelo es importante tomar en cuenta estos puntos:

  • Hablar con la verdad ayudará al pequeño a tener un duelo sano.
  • Tener una figura constante a su lado después de la pérdida.
  • Estar pendiente a síntomas que puedan emerger con respecto a la alimentación y al sueño.
  • En caso de ser necesario, apoyarse con un especialista de ISKALTI.
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Psicoanalista y psicoterapeuta de adolescentes y adultos. Docente de posgrado y ex coordinadora del Doctorado de la Asociación Psicoanalí­tica Mexicana, por su interés en la investigación en temas relacionados al psicoanálisis. Autora de diversos escritos tanto académicos como de divulgación y dos libros: 'Mitos del Diván' y 'La compulsión de repetición: La transferencia como derivado de la pulsión de muerte en la obra de Freud.'

Coautora del libro "Misión imposible: cómo comunicarse con los adolescentes" junto con Martha Páramo Riestra de Editorial Grijalbo 2015

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