Una frase generacional. Una nostalgia que parece aplicar para cualquier aspecto de la vida.
Y aunque seguramente alguna vez has dicho, escuchado o por lo menos pensado que lo de “tus tiempos” era más chido, debemos recordar aquella frase aún más popular del gran poeta Roco Pachucote: “ey, pa… fuiste pachuco, también te regañaban”.
¿Resulta justo afirmar que la música de antaño es mejor que cualquier cosa que se haga hoy en día? ¿El reggaetón tiene algo de arte en él? Ambas son preguntas ambiguas, sin duda.
En lo que sí podemos ponernos claros es en un punto, el paso de los años ha hecho que escuchemos cosas que antes habrían sido impensables. La pregunta entonces sería, ¿acaso esto no ha pasado siempre?
Desde la aparición del rock & roll, la música disco, la lambada, el reggaetón. Realmente no estamos hablando de cosas muy diferentes, salvo tal vez por la forma.
Y es que, si bien los ejemplos anteriores y muchos otros fueron criticados en su momento, no cabe duda que con el paso del tiempo se vuelve cada vez más difícil generar sorpresa o escozor en las generaciones pasadas.
Porque en su momento Molotov vino a shockear abuelitas, pero hoy en día los que cantaban “Ch***a Tu Madre” a todo pulmón, se quejan del trasfondo de las líricas del género urbano por ser trasgresoras.
La realidad es que siempre ha habido sólo dos tipos de música: la que te gusta y la que no.
Sin embargo, no podemos dejar de preguntarnos, si en el futuro un Molotov o un reggaetón ya no serán algo sorpresivo, ¿qué nos espera? ¿Hasta qué nivel de discurso llegará la música por venir?
Por supuesto la intención de este texto, querido lector, no es el criticar cierto estilo de música o discutir sobre cuál es mejor; tal vez ahí sólo la música clásica lleve las de ganar, por haber sido el ‘big bang’ de su rubro.
Más bien me gustaría invitar a reflexionar sobre nuestra capacidad de asombro, misma que tal vez ya hayamos perdido, incluso en cuestiones musicales. ¿Será esa la razón por la que la nostalgia está de moda y ahora todo parece regresar un par de décadas en el tiempo?
Tal vez sea ésa también la solución: volver a nuestros orígenes para, en unas cuantas generaciones, ser capaces de sorprendernos de nuevo. Porque si en algo he de coincidir con los detractores del reggaetón, es que tal vez ya no haya un punto más bajo al cual caer. Aunque ya saben lo que dicen, nada nunca es tan malo… como para que no pueda ser peor.