¿Quiénes son los dreamers?

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En México, don José terminó la carrera de ingeniería mecánica. Pero tanto él como su esposa consideran que no hay un buen futuro para sus 3 hijos y viajan a Estados Unidos en el año 2003 con visas de turistas.

Y se quedan a vivir como inmigrantes ilegales en Phoenix, cuando Suny tiene apenas 10 años de edad.

Siendo un adolescente, para ganar dinero y no depender de sus papás, Suny se dedica a vender botellas de plástico y latas de aluminio que recolecta en los contenedores de basura.

A los 18 años se gradúa de la preparatoria y se inscribe en el programa de cocina de una universidad comunitaria. Pero le resulta imposible pagar la colegiatura que Arizona les pide a los inmigrantes indocumentados.

Entonces, Suny prueba suerte en la construcción de casas, en la instalación de techos de tejas, en la limpieza de piscinas y como jardinero. En fin, el tipo de trabajos que regularmente hacen los inmigrantes mexicanos en Estados Unidos,

Sin embargo, la suerte de Suny cambia para bien en el año 2011, cuando es contratado por Aaron Chamberlin para trabajar en el restaurante St. Francis que inaugura en el barrio de Uptown.

Rápidamente, Suny se gana la confianza de Aaron con las múltiples tareas que efectúa en el restaurante: cocina pozole y picadillo norteño, limpia el local, lava loza, corta verduras, rebana filetes, afina recetas e inventa platillos nuevos. Hasta que se convierte en jefe de cocina.

Y de repente, Suny se sincera con Aaron y le confiesa que el nombre y número de seguridad social que le dio son de un amigo, que no estaban registrados cuando Aaron los ingresó en la base de datos en línea que revisa la elegibilidad laboral de nuevas contrataciones.

Aaron le pregunta a Suny si tiene documentos para vivir en Estados Unidos, y él le responde:

-“No, pero quiero y me gusta trabajar.”

Cuando en junio del año 2012 Barack Obama inicia el programa DACA, Aaron anima a Suny para que llene la solicitud y así es como finalmente logra trabajar sin problemas y en la legalidad.

Hace un año Aaron preguntó a Suny qué deseaba hacer ahora que ya tenía documentos de estadía y con la experiencia que adquirió en St. Francis. Suny contestó que poner una taquería.

Como buen empresario, Aaron no desea perder a Suny como chef y tampoco lo quiere como competencia. Así que le ofrece montar esa taquería como socio, a la que bautizan como Chelo en honor a la madre de Suny, doña Consuelo.

En mayo de este año, Suny se casó con Stephany, ciudadana estadounidense. Y a pesar de que su abogado está tramitando la residencia definitiva, el permiso DACA de Suny expira en febrero.

A partir de que el fiscal general Jeff Sessions anuncia el fin del programa DACA, Suny y varios empleados más del St. Francis viven con el miedo de ser deportados en cualquier momento.

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Aún así, Suny confía que verá esa taquería y su bar adornado con coloridos azulejos de Puebla. En donde una pared servirá para exponer piezas de arte hechas por artistas de Arizona y México.

La historia de Suny, en este periodismo de vida, es una entre las más de 800 mil que pertenecen a los jóvenes indocumentados amparados bajo DACA y que perderán sus empleos a partir del 6 de marzo de 2018, cuando expira este programa en el que ya 22 mil dreamers están en riesgo de deportación.

Según Todd Schulte, presidente del grupo FWD.us formado por líderes de empresas tecnológicas de Estados Unidos, las consecuencias del fin de DACA serán “dramáticas y devastadoras”.

Estos cálculos estiman que cada día unos mil 700 jóvenes perderán la posibilidad de trabajar y contribuir a la economía del país, hasta llegar en un plazo de 2 años al despido de los 690 mil beneficiados de DACA que integran la fuerza laboral, según vayan expirando sus permisos de residencia y empleo.

Esto hará que los empleadores asuman un gasto innecesario de 2 mil millones de dólares para reemplazar a los trabajadores despedidos.

Pero para entender mejor esto, primero debemos definir quiénes son los famosos dreamers.

Son los niños que entran a Estados Unidos siendo menores de edad y de manera ilegal, solos, acompañados de sus papás o ayudados por alguien que ya se encontraba allá.

Estos dreamers sin permiso para residir en el país, logran inscribirse en escuelas primarias y secundarias estadounidenses. Pero cuando llegan a la mayoría de edad e intentan cursar estudios superiores, buscar empleo o tener un permiso para conducir, se enfrentan a la negativa del gobierno porque no tienen papeles de residencia.

Además, viven con el temor constante de ser deportados. Hasta que en el año de 2012, el entonces presidente Barack Obama lanza el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia, por sus siglas en inglés: DACA.

Con esto se protegen los dreamers de la deportación y se conceden permisos de trabajo a estos inmigrantes, con una vigencia de 2 años y la posibilidad de renovación.

Según los últimos datos del Servicio de Ciudadanía e Inmigración, de los 11 millones de inmigrantes ilegales, DACA ha beneficiado a 787 mil 580 jóvenes indocumentados que lograron probar que habían llegado a Estados Unidos antes de los 16 años, que no tenían antecedentes penales y que cursaban estudios de nivel secundaria o universidad.

El 91% de los beneficiarios de DACA están trabajando actualmente y han tenido un efecto positivo en los sueldos, pues el salario medio de los dreamers se incrementó en un 69% al pasar de 10.20 dólares por hora a 17.46 dólares.

Según el Center for American Progress: La eliminación de DACA puede ocasionar la deportación de 685 mil trabajadores, que se traducirá en una pérdida de más de 460 mil 300 millones de dólares para el Producto Interno Bruto de los Estados Unidos en la próxima década.

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Y aquí entra la pregunta: ¿qué tanto está perdiendo Estados Unidos por el capricho de Donald Trump? ¿Y cómo es que esto afectará no sólo la clase social estadounidense, sino también su economía?

En este programa hemos demostrado que los mexicanos tienen un potencial inmenso para ser emprendedores y salir adelante con ideas y negocios redituables. Suny y muchos dreamers lo han hecho en el país vecino.

¿Cuántos conocemos una historia de éxito similar a la de Suny? ¿Cuántos mexicanos tienen familia en Estados Unidos que son dreamers?

Te invito a que me escribas a las redes sociales de QTF y me cuentes si conoces un dreamer, un caso como el de Suny o que me des tu opinión sobre este tema.

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