Primeros Auxilios

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Las voces de los invitados se mezclaban entre risas, bromas y algunos susurros discretos, comentando el buen gusto en la decoración del comedor, donde una veintena de amigos se reunía para celebrar el cumpleaños de Angélica.

El salón resonaba con un eco constante de felicitaciones, por el delicioso cangrejo que aquella noche confirmaba el don culinario de la anfitriona.

Los caballeros alababan la belleza de Angélica, que a sus cincuenta años lucía como si acabara de cumplir los cuarenta.

Las damas no dejaban de aseverar que su vestido era una obra de arte, coronada con un peinado que hacía resaltar sus ojos color aceituna y esa sonrisa llena de felicidad por ser una mujer exitosa y querida por tantos y tan buenos amigos.

Llega el momento del brindis. Angélica levanta su copa y se pone de pie. Los demás invitados levantan sus copas también y escuchan atentos las palabras de agradecimiento por regalarle una noche tan especial.

Angélica los anima a seguir degustando el cangrejo. Un tintineo de cubiertos sobre la loza pareciera imitar un concierto de cámara, donde las voces animadas conforman la armonía perfecta.

De repente, como si la escena formara parte de una película de terror, Angélica se lleva las manos a la garganta y comienza a emitir sonidos guturales cargados de miedo y desesperación.

Una gran confusión embarga a los invitados que no saben lo que ocurre. Sólo miran con angustia a su amiga, que pareciera estarse ahorcando con ambas manos.

Finalmente, Bruno, que se encuentra sentado a un costado de Angélica, se da cuenta de lo que ocurre. Se está asfixiando por un trozo de cangrejo que se atoró en su garganta.

Sin pensarlo dos veces, Bruno se levanta y aplica la maniobra de Heimlich, colocándose detrás de Angélica. La rodea con sus brazos, con las manos cruzadas sobre el ombligo de su amiga, pero debajo del esternón. Empuja hacia arriba para obligarla a expeler aire desde los pulmones y repite la misma operación cuatro veces, hasta que el trozo de cangrejo sale de la tráquea de su amiga.

¿Saben lo afortunada que fue Angélica de contar con un amigo que sabía de Primeros Auxilios?

Unos minutos más y Angélica se hubiera asfixiado o sufrido un daño cerebral permanente por la falta de oxígeno.

¿Y qué tal si en lugar de un caso de asfixia, tenemos la desgracia de presenciar un ataque cardiaco? La Cruz Roja Mexicana realizó un estudio en 2016, donde se demostró que el 70% de los paros cardiacos ocurren en casa y en espacios públicos. Y de este porcentaje, sólo el 5% recibe ayuda oportuna que puede salvarles la vida: lo que llamamos RCP (Reanimación Cardiopulmonar).

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¿Pero saben cómo se aplica RCP? No es algo tan complicado como creemos. Primero, debemos colocar a la persona en una superficie dura, boca arriba, evitando mover el cuello o la cabeza si el paro fue consecuencia de un accidente de tránsito. Verificar que no tenga dentadura postiza o algo que obstruya su boca. Y realizar compresiones en el pecho.

Para las compresiones colocamos la base de una mano en el centro del pecho y colocamos la base de la otra mano sobre la primera, entrecruzamos los dedos de ambas manos para comprimir y lograr hundir el esternón unos cuatro centímetros. Así hacemos 30 compresiones y después damos respiración de boca a boca a la víctima, soplando en la boca para que el pecho se infle y apretándole la nariz para que no salga el aire. Se realizan 30 compresiones por cada 2 ventilaciones, repitiendo este ciclo hasta que la persona se recupere o lleguen los paramédicos. Porque, obviamente, en lo que hacemos todo esto, es indispensable llamar a una ambulancia.

En México, los ataques cardíacos son responsables de 33 mil a 150 mil muertes anuales. Mientras que la Academia Americana de Pediatría reportó en 2016, que la asfixia por atragantamiento es una de las principales causas de lesión y mortalidad infantil a nivel mundial, estando en principal riesgo los niños de 5 años o menos. Por eso la importancia de conocer esta información.

Algo igual de alarmante ocurre con el 60% de los padres de familia y maestras en estancias infantiles, que no saben reconocer los síntomas de un paro respiratorio y tampoco saben qué hacer en estos casos. La famosa “muerte de cuna”, que se presenta entre el nacimiento y los 12 meses, inicia precisamente con un paro cardiorrespiratorio.

Los Primeros Auxilios Básicos nos enseñan qué hacer en caso de obstrucciones de las vías respiratorias; heridas y hemorragias; esguinces, luxaciones y fracturas; quemaduras; golpes de calor; convulsiones; hipoglucemia; envenenamientos e intoxicaciones, etcétera, etcétera.

En este programa, desde hace 17 años, nos hemos preocupado por generar una conciencia social. De informarte sobre temas de política, de cultura, de entretenimiento. De proporcionarte las herramientas para cuidar tu salud física y emocional. Porque nos importas. Por eso, aprendamos a ayudar, y tal vez un día salvemos una vida. Tal vez un día, te salven la vida.

Nunca es tarde para aprender Primeros Auxilios. Porque nunca será demasiado tarde cuando se trate de ayudar a otra persona que se encuentra en peligro. Porque algún día podemos estar en ese lugar y siempre habrá alguien dispuesto a brindarnos auxilio.

Si quieres conocer más sobre Primeros Auxilios y tomar un curso con profesionales, entra a la página de la Cruz Roja Mexicana: www.cruzrojamexicana.org.mx Donde podrás consultar los temas, horarios y sedes en los que se imparte.

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En QTF, siempre, desde hace 17 años, lo más importante… has sido tú. Tú que formas parte de nuestra comunidad, en la que todos importamos, en la que todos nos preocupamos por el vecino, en la que lo más importante es cuidarnos, ayudarnos, demostrar que somos muchos los mexicanos que hacemos las cosas bien. Donde lo que te importa a ti, me importa a mí. Donde día a día demostramos con hechos, que somos más los buenos.

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