Dicen que se necesita de mucha experiencia y años de conocimiento para poder encontrar los majestuosos cenotes en la Riviera Maya. Arqueólogos de todo el mundo se adentran en las selvas con la esperanza de hallar uno. Y algunos aventureros expertos aseguran conocer los secretos que los llevan directamente a estos lugares sagrados.
Los habitantes de la Península cuentan que son guiados por los silbidos de los aluxes, pero sobre todo por un pájaro con una cola muy singular que mueve a manera de péndulo y un plumaje brilloso que refleja los rayos del sol, llamado pájaro Toh.
Se le llama pájaro Toh por su inconfundible canto “tuuut tuuut”. Y es que precisamente en los cenotes es donde se refugia esta ave, anidando en la roca caliza y alimentándose de insectos y lagartijas. Aunque no siempre fue así, pues también dicen que este pájaro Toh en algún momento no hacía ni el más mínimo esfuerzo por cazar su propio alimento.
La leyenda se remonta a muchos siglos antes de la llegada de los españoles… Cuando el pájaro Toh es una de las aves reales entre los mayas, con una larga, delicada y brillante cola de muchos colores, casi tan majestuosa como el mismo Rey Kukul. Por eso era admirado por todas las demás aves y por eso se vuelve tan orgulloso y arrogante.
Acostumbrado a pasar todo el día con las otras aves reales en las más frescas profundidades de la selva, el pájaro Toh no hace otra cosa que contar historias y alimentarse en las tardes de insectos y lagartijas que le llevan otras aves, para que el bello plumaje de su cola no se maltrate si hace algún trabajo pesado.
Pero de pronto un día, negras nubes aparece en el cielo presagiando la terrible tormenta. Entonces, las aves del reino maya convocan a una reunión de emergencia para asignar tareas específicas a cada una y protegerse.
Chujut -el pájaro carpintero-, Panchel -el tucán, y Mox, Xtut y Exikin -los pericos y guacamayos- se dedican a cortar ramas para construir un refugio. Bach -la chachalaca- y Cutz -el pavo de monte- llevan las ramas más pesadas. Los pájaros más pequeños, como los cuervos y oropéndulas, se encargan de juntar pasto y plantas para cubrir el refugio.
Otras aves recolectan frutos y semillas para alimentarse. Las demás se dedican a alertar a los otros animales de la selva. Y todos comandados por Oc -el zopilote rey- hacen un trabajo inmenso para estar preparados cuando la tormenta inicie.
El único del reino animal que no quiere ayudar es el pájaro Toh, quien dice que su aristocracia no le permite rebajarse al esfuerzo de un obrero. Sin embargo, las demás aves le ruegan que coopere o correrán un gran peligro cuando la lluvia y los vientos azoten la selva. Así que sin muchas opciones, pero indignado, el pájaro Toh ocupa su lugar entre los constructores.
No pasan muchos minutos cuando este pájaro orgulloso y delicado comienza a sentirse cansado y sudoroso, por lo que aprovecha un descuido de los demás y se escapa, ocultándose entre los arbustos cercanos hasta que encuentra un lugar mejor entre las grietas de una pared rocosa. Una vez dentro del agujero, el pájaro Toh se acurruca y se duerme, convencido de que nadie lo encontrará, pero no se da cuenta que su larga cola cuelga fuera del escondite.
Horas más tarde, el pájaro Toh se despierta con el canto de sus amigas aves, celebrando que la tormenta pasó sin hacer tanto daño en la selva y que todos se encuentran bien. Así que el astuto pájaro Toh sale del agujero y vuela hasta el refugio, donde sin ninguna pena pregunta a los demás si no están cansados como él, después del arduo trabajo que realizaron.
Las demás aves confirman estar exhaustas, pero aseguran que tanto trabajo fue necesario para salvar la selva y a sus habitantes de lo que pudo convertirse en una gran tragedia. En ese momento, las demás aves reales llaman al pájaro Toh y juntas vuelan a su árbol preferido.
Como siempre, el pájaro Toh se posa en la rama más alta, por encima del grupo, para que todos puedan admirar su hermosa cola. Pero de repente, una de las aves comienza a reír, señalando la cola del pájaro Toh. Poco a poco las demás hacen lo mismo, riendo a carcajadas y diciéndole:
-“¡Tu cola está espantosa! Seguramente se dañó con todo el trabajo tan fuerte que dices que hiciste.”
El pájaro Toh piensa que le están jugando una broma, pero es tanta la risa de las demás aves que vuela hasta un estanque donde se mira y ve sólo dos largas varas desnudas colgando, que terminan con un pequeño conjunto de plumas, como dos flechas. Horrorizado se da cuenta de lo ocurrido: su cola quedó fuera del escondite y la tormenta la destrozó.
El engreído pájaro Toh no pudo soportar la humillación ni que sus amigas supieran la verdad. Fue más fuerte el orgullo y se alejó volando hasta la parte más inaccesible de la selva, en los cenotes sagrados.
En este periodismo de vida, hoy que transmitimos ¡Qué tal, Fernanda! desde la Riviera Maya, te conté la leyenda del pájaro Toh, pues afirman que su canto es uno de los secretos para encontrar los cenotes sagrados de los mayas.
Pero, ¿qué tanto sabes de los cenotes y cómo es que se originaron estas formaciones naturales de extraordinaria belleza?
Una de las teorías más aceptada tiene que ver con la Riviera Maya, pero la de hace siglos. Cuando la base de la Península estaba sumergida bajo el mar y había una gran cantidad de vida que incluía arrecife de coral, plantas y animales ricos en carbonato de calcio, lo que generó grandes cantidades de roca calcárea o caliza, que después de millones de años dieron su característico color blanco a estas tierras.
La roca caliza es porosa por los miles de años de lluvias, el tránsito de ríos subterráneos y otros factores que fueron disolviendo los minerales, creando así agujeros y cavernas que poco a poco se llenaron de agua dulce. Y ya que la roca calcárea fue formada por restos de animales marinos fosilizados, podemos encontrar fósiles de conchas marinas sobre los muros de los cenotes.
Muchos piensan que los cenotes son como lagos o pozos, pero en realidad sus aguas tienen un comportamiento parecido al de los ríos porque muchos están interconectados por túneles subterráneos, por los cuales la corriente de agua es continua. Gracias a esto es que se mantiene con vida la flora y fauna tanto dentro del agua como en los alrededores de los cenotes.
La variedad de los cenotes se debe a su antigüedad. Los hay de cielo abierto, semi abiertos y subterráneos. Los de cielo abierto son los más viejos, mientras los subterráneos son los más jóvenes porque conservan su cúpula intacta.
Para los mayas los cenotes eran principalmente una fuente de abastecimiento de agua. También se les consideraba lugares sagrados y de sacrificio en el que arrojaban joyas, vasijas, tejidos, esculturas y se han encontrado infinidad de esqueletos humanos.
Uno de los motivos de estos sacrificios eran como forma de agradecimiento a los dioses por el regalo del agua o para solicitarlo. Cada cenote tenía una función en específico. Los consagrados para rituales no podían usarse para el abastecimiento de agua y viceversa.
Es impresionante visitar alguno de estos cenotes de la Riviera Maya. Si no lo has hecho, ¿qué estás esperando? Y los que sí han visitado alguno, escriban a las redes sociales de QTF y compartan su experiencia con todos.
Hola, soy Fernanda Familiar, Fer para ti.
Esta es tu casa digital, donde para mí es un placer recibirte para informarte de contenidos actuales, noticias y muchas historias, mismas por las que me llaman: la ’periodista de vida’.
Te comparto que junto con mi equipo de trabajo, haremos nuestro mejor esfuerzo para que tengas una experiencia memorable en esta navegación digital. Este espacio para mí representa un compromiso y una responsabilidad porque eres mi invitada o invitado de lujo.
Mi día a día es una locura: voy del programa de radio en Grupo Imagen, a encontrarme con miles de personas en una conferencia, grabo los Fernanda Talks Home, atiendo mi casa y a mis hijos; de ahí a dar una plática para una empresa, entrevistar a alguien, escribir un poco para editar otro libro... Alguna vez me dijo Héctor Bonilla que yo me había tragado una turbina, y ¡sí! Vivo intensamente feliz a este ritmo, desde hace más de 30 años y, lo mejor, es que todavía tengo mucho que aprender, mucho por hacer, decir y compartir contigo.
Tu casa digital es visitada mensualmente por 4 millones de personas que encuentran algo en común, por eso son una comunidad que me permite unirles; porque tenemos los mismos valores, principios y porque sabemos que, en este espacio, ¡somos más los buenos!
Agradezco de corazón tu tiempo de navegación, tus comentarios y el interés que dedicas a esta zona digital. Por favor, si hay algo que pueda hacer para mejorar tu visita solo escríbeme y lo atenderé en cuanto esta vida de locura me lo permita.
Bienvenida,
Bienvenido.