-“¿Por qué las cosas son distintas aquí?”
Pregunta Iker sin poder ocultar una gran tristeza a Hernán y Borja, sus papás.
La pregunta de este pequeño de 8 años se debe a que esta mañana sus compañeros del nuevo colegio donde recién lo inscribieron lo empujaron durante el recreo. ¿La causa? Ellos le preguntaron el nombre de sus papás. Iker contestó con mucha naturalidad:
-“Se llaman Hernán y Borja. Mi papá Hernán es director comercial y mi papá Borja es director de innovación en una empresa de juguetes que acaban de abrir aquí.”
Obviamente, los demás niños se dieron cuenta que Iker es hijo de dos hombres y de inmediato lo rechazaron, gritándole que eso no es normal, que es hijo de un par de maricas. Cuando Iker intentó defender a sus papás, no faltaron los abusivos que aprovechándose de su fuerza lo aventaron al piso.
Hace un par de meses, Hernán y Borja recibieron la noticia de que serían trasladados a la nueva sucursal de la empresa para la que trabajan desde hace años, ahora que abren una filial en México.
Una de las preocupaciones que llegó a su mente fue precisamente esto, enfrentarse a una cultura muy distinta a la española, donde posiblemente Iker tendría que aprender que no todos ven con la misma normalidad que sus papás sean dos hombres.
Hernán, con mucho cariño y abrazando muy fuerte a Iker, le explica:
-“Aquí la gente todavía no aprende que hay distintos tipos de familia. Y que Borja, tú y yo somos una familia como la de cualquiera de ellos.”
Iker los mira con inquietud y les responde:
-“¿Y por qué dicen que no somos normales?”
Borja es quien ahora toma la palabra, para contestar con una sonrisa, intentando calmar al pequeño:
-“No es que no sea normal nuestra familia. Más bien, somos una de las muchas familias diversas que existen. Hay niños que tienen un papá y una mamá. Otros tienen dos mamás, algunos tienen una mamá y un abuelo, o un papá nada más. En tu caso, tienes dos papás. Pero eso no nos hace anormales, sino diversos.”
Iker se queda callado un momento, analizando lo que dijo su papá y sonríe, mientras dice:
-“Entonces, ellos no saben y por eso es que dicen eso.”
Hernán y Borja respiran aliviados al comprobar que Iker ha recobrado la calma.
-“Tienes que saber que muchas personas no son malas. Pero cuando desconocen lo que te acabamos de decir, esa ignorancia los hace responder con agresiones a lo que les parece desconocido”, le dice Hernán al pequeño. Y Borja continúa:
-“Lo importante es que nunca olvides que tienes unos papás que te aman mucho, así como tus compañeros tienen papás y mamás que también los quieren. Y que lo único que te hace diferente de ellos, es que tú sabes algo que te permite respetar la diversidad y no juzgar a los demás.”
En este periodismo de vida, la historia de Iker, enfrentándose a una cultura y país distintos, nos muestra que para muchas personas aún existe una fuerte dificultad para aceptar la gran diversidad que hay en el mundo respecto a los vínculos sociales y familiares.
La Declaración Universal de Derechos Humanos dice que “la familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección del Estado.” Pero cada país asume esto de diferentes maneras.
Si se toma como un hecho que la familia constituye una instancia definida y definitiva se renuncia a su evolución histórica. Y un ejemplo de esto es la emancipación económica, social y cultural de la mujer en el Siglo 20, redefiniendo la familia sin la figura paterna y no por eso desaparecieron las familias sin un papá.
Según el INEGI, la proporción de hogares con jefatura femenina en México pasó del 17.4% en 1970 al 24.6% en 2010. Pero para aclarar qué es esto de “familias diversas” es necesario hablar de cómo es que se conforman:
Está la familia tradicional o nuclear, conformada por un papá, una mamá y los hijos. También las extensas, donde se integran los abuelos, sobrinos, primos, etc. Las familias monoparentales, donde los hijos viven sólo con la mamá o con el papá. Las familias de papás separados. La familia ensamblada, donde los papás tienen hijos de otros matrimonios y se juntan todos en un mismo núcleo. Y las familias homoparentales, donde dos hombres o dos mujeres son los papás de los niños.
Según datos del INEGI, CONAPO, SEDESOL, el COLMEX y la UNAM, en México hay un registro de 250 mil familias formadas por personas del mismo sexo, de las cuales el 68.8% tiene hijos. La mayoría de estos hogares están encabezados por dos mamás.
Curiosamente, los resultados de la última Encuesta Nacional sobre Discriminación y Juventudes LGBTI, demuestran que el 41% de los jóvenes con preferencias no heterosexuales fueron discriminados o excluidos del ambiente familiar, donde además sufrieron violencia física o verbal.
En contraste, el 70% de la población mundial apoya la adopción por parejas del mismo sexo, en estas familias homoparentales. Por ejemplo, el 78% de los habitantes de Suecia está a favor. Lo mismo ocurre con el 73% de los españoles, el 53% de los franceses y el 42% de los italianos. Según el Informe Global Advisor de IPSOS.
En el bando contrario, se oponen Turquía e Indonesia con un 75% de la población en contra. Le siguen Rusia con 74% y Polonia con 73%.
Las empresas también han reaccionado a las familias diversas, que integran su fuerza laboral y a sus consumidores. El primer ejemplo fue Coca-Cola, que lanzó en 2005 una campaña con el lema “La familia siempre es la respuesta”, mostrando los diferentes tipos de familia.
IKEA hizo lo mismo con su campaña “Meet the Food Families”. Al igual que Delta, Google, Jetblue, Galletas Familia y JwMarriot, entre otras, que también han diversificado sus campañas para llegar a cada uno de sus consumidores. En Estados Unidos la serie Modern Family presenta un claro ejemplo de diversidad al mostrar 3 tipos de familias: la nuclear, una transcultural y otra homoparental.
En este periodismo de vida, hoy te pregunto: ¿Crees que en México estamos listos para aceptar esta diversidad de familias? ¿Hay una cultura de respeto y una educación suficiente sobre el tema? ¿Tú aceptas a las familias diversas o formas parte de una?
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