¿Podrías asegurar con toda certeza que hablas y escribes en español?
Tal vez la pregunta te resulte un poco rara, porque en México -salvo algunas etnias indígenas- todos los demás consideramos que nuestra lengua materna es el español y que este es el idioma que hablamos y escribimos.
Pero esto no es del todo cierto. Y para demostrarlo, quisiera que las personas que han leído el Quijote de Cervantes me escriban por redes sociales y me digan si entendieron todas las palabras de esta novela que además de ser un tesoro de la literatura universal, también significa un reto para cualquier lector.
Así como para los angloparlantes las obras de William Shakespeare representan la máxima culminación del idioma inglés -porque además están escritas en un inglés antiguo-, pues en la misma proporción El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes Saavedra es la máxima recopilación de palabras en lengua española.
Tan es así, que está más que demostrada la complejidad para leer esta novela -incluso para los que creemos que hablamos español- sin el uso de un diccionario. Posiblemente, relacionando el contexto de las ideas y los enunciados llegamos a entender de qué se tratan muchas de estas palabras desconocidas, pero la realidad es que pocos las entienden en su totalidad.
No por nada el español se considera como uno de los idiomas más difíciles de dominar para los extranjeros y ni se diga para los hispanoparlantes que sufrimos como si se trata de cálculo diferencial el arte de la conjugación española.
El diccionario de la Real Academia Española -la RAE- recoge más de 93 mil 100 palabras, lo cual no significa que por ello se domine el castellano a la perfección, pues la propia RAE ha tenido que aceptar muchos errores comunes con tal de que se conserve una gramática española lo menos accidentada posible.
Pero hagamos un recorrido por la historia del idioma español para comprender un poco más la complejidad de nuestra lengua…
En primera, el español es una lengua romance, como se denominan a todas aquellas que se derivan del latín. Sin embargo, en la actualidad también se conservan elementos de las lenguas que se hablaban en la península ibérica antes de la conquista romana.
Esta conquista y colonización de la entonces llamada Hispania -en el año 218 antes de Cristo-, origina la pérdida de las lenguas prerromanas -a excepción del vasco- que se sustituyen por el latín vulgar, esto era una modalidad hablada distinta de la que encontramos en los textos literarios.
En el siglo quinto los pueblos germanos invaden la península ibérica, pero esto no afecta en nada la lengua porque estaban romanizados, aunque algunas palabras como albergue, tregua, o guardián -de origen germánico- se incorporan a la lengua.
El castellano es el resultado de la evolución que experimenta el latín en un territorio no muy grande del alto Ebro, en el sudeste de Cantabria y el norte de León. Esto se debe a que posee un carácter innovador respecto a las demás lenguas romances, porque en esa región no se habían romanizado los hombres de armas que consideraban la alta cultura en latín como algo poco práctico.
Al irse expandiendo el idioma y conforme avanza la reconquista, el castellano se impone sobre otros dialectos -como el mozárabe del sur de la península-. O como ocurre con el leonés y el aragonés cuando Castilla se une a estos reinos.
Conforme avanza la conquista, los centros de influencia del castellano se van desplazando hacia el sur, a Burgos y después a Toledo, difundiendo los cambios que había comenzado a tener el español del norte.
Durante los siglos XV y XVI, la lengua se va puliendo y fijando hasta adquirir una estructura muy parecida a la que tiene hoy en día, siendo la imprenta la responsable de la uniformidad gráfica, léxica y sintáctica de la norma culta del español.
La fonética se regulariza y deja asentados los actuales sistemas vocálicos y consonánticos, mientras se van añadiendo muchas vacilaciones morfosintácticas.
Por su parte, la norma lingüística de la época variaba entre la de Toledo, donde estaba la Corte; la de Burgos, donde los usos lingüísticos se consideraban anticuados; y la de Sevilla, donde se encontraba la capital del comercio ultramarino.
Al final, se adopta como modelo el buen gusto de los escritores y gente culta, sin importar su procedencia geográfica.
En el año 1713 -en plena Ilustración- se funda la Real Academia Española con el lema “Limpia, fija y de esplendor” cuya finalidad era dotar al castellano de una norma definitiva para evitar malos usos y elementos extraños que pudiesen adulterar el idioma.
Para lograr su objetivo, la RAE redactó un “Diccionario de Autoridades” entre 1726 y 1739; una “Ortografía” en 1741; y una “Gramática” en 1771. Nuestra escritura actual procede -con ligeras variaciones- de la que adoptó la Real Academia en el siglo XVIII, que a se caracteriza -a diferencia de otras lenguas- por ser fonética, es decir, que trata de representar las palabras tal como se pronuncian.
A partir del siglo 19, y por la aparición de la radio y la televisión- se ha realizado una adaptación de la lengua oficial española para no ser obsoleta o anticuada. Algunos están de acuerdo, otros no tanto. Pero lo cierto es que aun así, son pocas las personas que hablan y escriben correctamente el español.
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Después del viaje por la historia del idioma español en este periodismo de vida, te pregunto: ¿Qué palabras o errores gramaticales escuchas o ves con mayor frecuencia? ¿Hay alguna que te moleste particularmente?
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