Carlos Kasuga, empresario ejemplar

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La expectación crece conforme pasan los minutos.

La Familia entera supo desde la semana pasada que hoy, el jefe de Adrián vendrá para cenar con ellos.

-“¿Cómo no me dejaste preparar algo especial para tu patrón, Adrián?”, le reclama doña Luz a su esposo.

Adrián le contesta nervioso:

-“Ya te expliqué, mujer. Don Carlos siempre pide que no se gaste ni se haga nada fuera de lo común. Sólo quiere café.”

Y en efecto, todos los jueves don Carlos Kasuga visita la casa de uno de sus empleados para platicar con ellos, convivir un rato, conocerlos más y saber qué les preocupa en su vida diaria, qué les gusta y los motiva.

El timbre de la puerta suena con fuerza y todos reaccionan con nerviosismo.

-“Ya llegó don Carlos”, exclama Adrián mientras revisa que Luz y sus dos hijos estén bien arreglados. Enseguida, Adrián abre la puerta.

Don Carlos Kasuga entra a la casa y con una enorme sonrisa saluda a cada miembro de la Familia.

-“Traje pan de dulce para el cafecito”, dice don Carlos mientras lo conducen al comedor.

Durante un par de horas, Adrián le cuenta a su jefe cómo es que llegó a la empresa un jueves de febrero, hace más de 5 años. Desde entonces, Adrián trabaja como afanador en el área de oficinas de Yakult y, según dice, es el empleo donde mejor lo han tratado.

Los niños también le cuentan a don Carlos cómo les va en la escuela y hasta bromean con él, diciéndole que todas las mañanas toman Yakult antes de irse al colegio.

Llega el turno de Luz y don Carlos queda fascinado con las anécdotas sobre cómo es que la llaman “la reina de los lactobacilos” en el mercado, porque ella se la pasa explicándoles por qué aquella bebida es buena para el estómago.

Al final de la velada, don Carlos Kasuga agradece a la Familia que lo hayan recibido en su casa con tanta hospitalidad.

Se despide de cada uno y les dice que lo más significativo para él es saber que la gente que trabaja en su empresa está contenta con su empleo y tener la dicha de poder saludarlos por su nombre cuando se encuentran en un pasillo.

Al cerrar la puerta, Luz nota que Adrián se quedó pensativo y le pregunta qué tiene.

Adrián contesta sonriendo:

-“Nunca pensé que un señor así, tan importante y ocupado, se daría tiempo para venir a nuestra casa y sólo comer pan dulce con café”.

La historia que acabo de contar en este periodismo de vida no es ficción. Es completamente real y se repite cada jueves, cuando uno de los empresarios más importantes de este país se da el tiempo para visitar a uno de sus empleados.

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Y estoy hablando que visita igual la casa del más alto ejecutivo, que la del personal de las oficinas, la de los conductores de los camiones y de las personas de intendencia. A todos por igual y con la misma condición: que no se haga nada especial porque vaya a cenar con ellos.

Pero, además de ser el presidente del Consejo Directivo de Yakult, ¿quién es Carlos Kasuga?

Carlos Kasuga Osaka, es hijo de inmigrantes japoneses que llegaron a México en los años 30. Por eso se autonombra con sentido del humor como un hombre “de fabricantes japoneses, pero ensamblado en México” y termina diciendo que “lo que está hecho en México, ¡está bien hecho!”

Durante su infancia, estudia la primaria en el Liceo Alemán, aprendiendo la cultura mexicana como cualquier niño y al mismo tiempo recibe todos los valores de la cultura japonesa en casa. Incluso, cuando es posible, sus padres o envían a Japón a perfeccionar su japonés.

La primer experiencia que marca su futuro empresarial ocurre a los 18 años, cuando en la Feria Internacional de Maquinaria Japonesa observa cómo se fabrican artículos de hule. En ese momento decide dedicarse al negocio de los juguetes inflables.

Pero antes trabaja en una empresa de este ramo para aprender a utilizar el equipo técnico. Poco tiempo después, apoyado por su papá, invierte en la maquinaria para montar su propia fábrica en México, que después se convierte en Distribuidora Kay.

A la par, estudia en la Escuela Bancaria y Comercial, graduándose como Contador Público.

¿Y cómo es que nace Yakult?

En 1930, miles de japoneses mueren a causa de desnutrición crónica por la escasez de alimentos e infecciones intestinales ante la falta de higiene.

Esto origina que el doctor Minoru Shirota investigue sobre las bacterias lácticas, en las que logra aislar y cultivar el Lactobacillus Cassei.

Esta bacteria recibe el nombre de Lactobacillus y entre sus beneficios para el ser humano está el fortalecimiento del organismo para sobrevivir a trastornos relacionados con los jugos gástricos y la bilis.

En 1955 se registra la marca Yakult en Tokio, encargada de comercializar esta bebida con los lactobacilos.

En México, Yakult inicia operaciones en 1981 y un año después se ofrece el servicio a domicilio. Haciendo de la empresa uno de los corporativos más importantes a nivel internacional y por la que todos conocemos a Carlos Kasuga.

Pocas empresas de este tamaño tienen un presidente que además de exitoso posee una nobleza que lo ha hecho no sólo compartir la mesa con todos sus empleados, sino compartir también ese conocimiento que lo ha llevado a donde está hoy.

Carlos Kasuga se da tiempo para impartir conferencias en las que sin problema alguno comparte la filosofía que lo hace un empresario exitoso. Siendo un ejemplo de los mexicanos que nacen en este país y generan beneficios para México y miles de mexicanos que trabajan con él.

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¿Quién de los que me escuchan en este momento no ha probado alguna vez un Yakult? Y creo que son pocos los jefes que cenan con todos sus empleados al menos alguna vez y sabe el nombre de todos.

Por eso, en este periodismo de vida te pregunto: ¿qué crees que hace a un jefe un buen jefe, un líder admirable que uno quiera seguir como ejemplo?

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